Gurutz Aguirresarobe, acusado de matar al jefe de la Policía Municipal de Andoain (Guipúzcoa), Joseba Pagazaurtundua, negó ayer haber participado en el asesinato y argumentó que no conocía a la víctima y que nunca ha empuñado un arma. «En la vida he tenido un arma en la mano», aseguró el presunto terrorista que contestó, de manera sorpresiva, a las preguntas del fiscal, algo poco habitual en los juicios contra militantes de la organización.
Además, en su testimonio, subrayó que la muestra de ADN recogida en la taza de café que el autor del atentado se tomó antes de disparar no puede ser suya porque solo ha tomado esa bebida en dos ocasiones, que le sentaron «mal» porque le «alteraron». En el auto de procesamiento, el juez Fernando Grande-Marlaska destacaba como principal prueba contra él, el hecho de que su perfil genético coincidiera con las muestras que dejó en la taza que fue hallada en el bar Daytona de Andoain, donde se produjo el crimen.
Aguirresarobe sostuvo en el juicio que no conocía a Joseba Pagazaurtundua y, por lo tanto, ni sabía que era militante socialista ni miembro del colectivo Basta Ya, al ser preguntado por el abogado. Asimismo, mantuvo que «nunca he tenido relación con ETA».
El supuesto autor del crimen se enfrenta a una petición de pena de 48 años de cárcel por el atentado que se cobró la vida del sargento el 8 de febrero de 2003. El fiscal Pedro Rubira pide que sea condenado por los delitos de integración en organización terrorista, asesinato y tenencia ilícita de armas. Solicita igualmente que se le condene a indemnizar con 50.000 euros a la viuda y familiares directos del fallecido.
En el juicio también compareció la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y hermana del letrado asesinado, Maite Pagazaurtundua, que subrayó que «toda nuestra familia estaba en el punto de mira de la banda».
Por otro lado, el ministro de Justicia, Francisco Caamaño, calificó ayer como un paso en la «buena dirección hacia la disolución» el anuncio de presos de ETA de que presentarán peticiones individuales para disfrutar de beneficios penitenciarios. En todo caso, el socialista garantizó que «las decisiones sobre cada recluso individual se harán respetando el Estado de derecho y lo dispuesto en las leyes».
Por su parte, el lehendakari, Patxi López, rechazó «un futuro sin memoria», porque, según afirmó, «el olvido es la absolución de los asesinatos».
