y chanclas en pleno invierno. El arte se enfada de vez en cuando y sonríe cuando menos te lo esperas; amable, paciente, cruel y tierno a la vez. Por eso adivinarle el genio con que se levanta es complicado y estudiarlo puede convertirse en un máster de vida en el que nunca se sabe si se llegará a alguna conclusión o no.
“Del arte se puede aprender un aspecto más técnico, porque luego está el genio o la inspiración que nunca sabremos en qué consiste; pero del arte también podemos aprender a distinguir qué parte de lo que tenemos pertenece a uno o a otro”, contesta José María Parreño, profesor de la facultad de Bellas Artes de la UCM y crítico reconocido, después de ser cuestionado acerca del título que lleva la conferencia que impartirá dentro de la Escuela de Arte y Creación de verano de La Granja.
El que fuera director del Museo Esteban Vicente inaugura el lunes a las 20:00 horas la serie de conferencias de estas jornadas destinadas a cualquier público que quiera inscribirse, y aunque la pregunta puede resultar estéril para los escépticos, ‘¿Qué se puede aprender en una escuela de arte?’, Parreño lo tiene claro: “el arte contemporáneo no consiste sólo en las emociones; ahora mismo hay que entenderlo, hay que ir más allá de lo puramente visual y una escuela como ésta puede orientar”. Además, aunque considera que en la actualidad “el arte es algo que se ha puesto de moda, en general, cuando se opina sobre él, no se tiene ni información ni los conocimientos adecuados”.
Por eso no duda en afirmar que las obras contemporáneas, para ser consideradas arte, deben exigir al público la necesidad de traspasar la pared o la superficie de exposición, “deben pedir una investigación, producir una curiosidad que vaya más allá de una respuesta emocional”.
José María Parreño y el arte se encontraron y presentaron hace ya tiempo; tanto, que conoce de sobra sus maneras y sus desmanes, su buen carácter y su mal humor, y tiene aprendido que “en el arte es difícil considerar que algo no sirve para nada; a lo mejor toda tu vida crees que te estás equivocando y esos errores terminan resultando un acierto”.
Por este motivo espera que los alumnos que tengan la oportunidad de escucharle salgan de su conferencia con el genio del arte, si no aprendido, sí intuido; “atreviéndose a materializar sus ideas y con una pizca de respeto para acercarse a mirar las cosas que no se entienden y otra pizca de falta del mismo respeto, para ser capaces de no conformarse y construirse su propio criterio”.
