El tenista español Rafa Nadal se clasificó ayer para su segunda final en el Abierto de Australia, primer ‘grande’ del año, al remontar ante el suizo Roger Federer en una reedición de la final de 2009 y sellar su victoria en cuatro sets.
El ‘número dos’ del mundo, que sorprendió con su victoria en Melbourne Park hace tres años y arrancó lágrimas al impasible Federer, se impuso por 6-7(5), 6-2, 7-6(5) y 6-4 para meterse en su cuarta final consecutiva en un ‘Grand Slam’ tras las de Roland Garros, Wimbledon y US Open de 2011, y decimoquinta en su carrera.
A pesar de sus molestias de rodilla y de llegar envuelto en dudas por su eliminación ante Gael Monfils en las semifinales de Doha, el manacorí dio una lección de tenis al ‘maestro’ suizo y ya espera rival del choque que disputarán hoy Novak Djokovic y Andy Murray.
El suizo, que cumplió su partido 1.000 en cuartos de final, saltó a la cancha dispuesto a seguir sumando éxitos a su dilatada carrera y no tardó en plasmarlo en el electrónico en el segundo juego que le permitió una renta de 3-0.
Nadal había comenzado más dubitativo, pero poco a poco fue entonándose con su saque y comenzaba a mover a Federer por la pista esperando su oportunidad. Y no tardó en llegar. El suizo bajó el acierto con su servicio y Nadal aprovechó su primera bola de ‘break’ para poner el 4-3.
Con la igualada, ambos empezaron a llevarse sus saques en blanco y la manga se vio abocada a un ‘tie-break’, en el que Federer siempre llevó la iniciativa y lo cerró con su tercera bola de set.
La inercia permitió al helvético abrir el segundo parcial con una rotura, aunque el español no iba a permitir que abriera hueco y la recuperó de inmediato (1-1). El ‘número dos’ iba encontrándose cada vez más cómodo y hacía daño al suizo, centrándose en su revés.
Avalado por su derecha y con la agresividad mental de las grandes citas, el mallorquín logró su primera ventaja del partido con un ‘break’ en el sexto juego (4-2) que confirmó con su siguiente saque antes de que los fuegos artificiales por el Día Nacional de Australia obligara a los jugadores a marcharse al vestuario. Al volver, Nadal sentenció con otra rotura.
A pesar de la contundencia del resultado del parcial, el triunfo del manacorí no había sido fácil, y necesitó esforzarse al máximo en una tercera manga con múltiples alternativas. Abrió Nadal con tres puntos de ‘break’, pero Federer se sacudió la presión con su saque.
Gran trabajo
Por otro lado, la igualdad fue la tónica hasta que en el séptimo juego el de Basilea salió al ataque y quebró la resistencia de Nadal (4-3), que replicó de inmediato (4-4) y no tardó en elevar la potencia de sus golpes.
El manacorí era ligeramente superior -Federer acabó con 63 errores no forzados por 34 de Nadal- y trataba de evitar un nuevo desempate, pero no pudo aprovechar la bola de set al resto del duodécimo juego. Al contrario que en el ‘tie-break’ del primer set, Nadal estuvo lanzado y se puso con 6-1 aunque necesitó hasta cinco bolas de set para llevárselo (7/5).
En el cuarto set, el ‘número dos’ del mundo comenzó con más opciones al resto, pero era incapaz de plasmarlas y desperdició hasta tres bolas de ‘break’ antes de permitir a Federer contar con una en el octavo juego. Salvó el peligro el balear y no tardó en reaccionar.
Con el 5-4 en el electrónico, servía para ganar, pero como en todo partido épico que se precie, no pudo aprovechar su primer ‘match point’ y tuvo que salvar dos bolas de rotura antes de sentenciar el choque y lanzarse emocionado al suelo de la pista donde el domingo buscará su undécimo ‘grande’ con tan solo 25 años.
Enfrente, Federer salía de la pista cabizbajo, frustrada una vez más su ocasión de aumentar su récord de 16 ‘Grand Slams’ y tras haber encajado su decimoctava derrota en 27 duelos frente a Nadal, ante el que ha caído ocho veces en torneos ‘grandes’ (cinco en Roland Garros, dos en Australia y uno en Wimbledon).
