Satisfacción. Esa palabra resume el sentimiento de Rosa Sanz, la directora del Coloquio Internacional “Nuevas perspectivas sobre la Antigüedad tardía”, tras la clausura de la tercera edición, ayer en Coca. La catedrática de Historia Antigua de la Universidad Complutense decía estar complacida tanto por el “alto nivel” del curso como el entusiasmo de ponentes y alumnos, en especial los extranjeros. “Segovia les fascina a todos, y la idea de acabar el Coloquio en Coca ha resultado genial”, manifestó Sanz.
A nivel científico, Sanz quiso ayer destacar una idea, la corroboración de que “los bárbaros no eran un grupo que se dedicara a masacrar gente sino un elemento más del Imperio romano, con el que los romanos tuvieron que aprender a convivir”.
Sanz quiso recordar que las ponencias del primer curso ya han sido publicadas, y las del segundo están en prensa. Con respecto a las actas del tercer coloquio, explicó que todavía no se ha determinado cuál será su idioma de publicación, pues hay posibilidades de que se realice en alemán, inglés o castellano. Con respecto a la exposición ‘Afrodita’, Sanz informó que permanecerá abierta durante noviembre.
Para la historiadora, el “éxito” del curso determina su “consolidación”, de la que quiso hacer copartícipe a diversas instituciones, entre las que figura el Ayuntamiento de Coca. A ese respecto, el teniente alcalde de la localidad, Fernando Aceves, quiso ayer elogiar a la organización del curso, al tiempo que comprometió el apoyo municipal “para una iniciativa que nos permite ahondar en nuestra historia más gloriosa”.
Nueva visión del cerro del Castillo.- En la jornada de clausura, el profesor de la UNED Víctor Cabañero pronunció una confererencia en el Ayuntamiento de Coca sobre “El cerro del Castillo (Bernardos) y la presencia visigoda”.
La ponencia abordó la situación en el corredor del Eresma durante el periodo visigodo. A juicio de este investigador, el cerro del Castillo, fue el “eje vertebrador” para una amplia comarca. Fueron los romanos quienes iniciaron su ocupación, a comienzos del siglo V. “Las cimentaciones demuestran que las obras se hicieron con celeridad; había necesidad de defenderse”, explicó Cabañero, que quiso relacionar ese episodio con las guerras civiles y, al tiempo, las invasiones bárbaras. El análisis de los restos romanos del cerro del Castillo ha permitido constatar que el yacimiento de Bernardos coexistió con villas romanas cercanas, como Constanzana o Santa Inés. Luego, los visigodos también usaron el emplazamiento con fines defensivos. Para Cabañero, su “excepcional visibilidad” motivó su elección como asentamiento, en competencia con el cercano cerro del Tormejón, a pesar las imponentes defensas naturales de éste último. Por último, el investigador reconoció diversos “defectos de forma” que han impedido conocer más datos de la Segovia visigoda.
