El Curso de Historia de Segovia con el que el Ayuntamiento y la empresa municipal de Turismo han iniciado los actos conmemorativos del vigésimo quinto aniversario de la declaración de Segovia como Ciudad Patrimonio de la Humanidad concluyó ayer en La Alhóndiga con diversas ponencias sobre aspectos menos conocidos del Patrimonio segoviano.
Una de las conferencias estuvo a cargo del profesor Miguel Ángel Chaves, doctor en Historia del Arte y profesor de Arte y Arquitectura Contemporáneos de la Universidad Complutense de Madrid, que habló sobre el valor de la arquitectura contemporánea en las ciudades históricas, recordando que los edificios de cada época “fueron modernos en su momento y se fueron insertando en la ciudad, que a la vez tiene que ser respetada e ir transformándose”.
El historiador señaló lo positivo de valores actuales, como el espíritu de conservación, que no se han producido en otros momentos de la historia, pero sostuvo que las ciudades históricas “no deben cerrarse a la buena arquitectura actual y a la creación de una nueva memoria”. “Con el tiempo, esos edificios también serán históricos, por lo que lo necesario es una reflexión, tanto sobre lo que merece la pena conservar como sobre los nuevos edificios que hay que construir”, añadió.
Otra de las conferencias estuvo a cargo de José Miguel Merino de Cáceres, catedrático de Historia de la Arquitectura y el Urbanismo de la Politécnica de Madrid, centrada en el Gótico segoviano. El ponente explicó que el Gótico llegó a Segovia de manera tardía por la permanencia del Románico, “que también llega a Segovia con retraso, en el siglo XII”.
Así, el Gótico no llega a Segovia hasta el siglo XIV, “una centuria en la que no se construye porque es muy complicada, con problemas dinásticos y enfrentamientos bélicos”, de manera que no hay obras de importancia hasta el siglo XV. El Gótico se introduce en Segovia gracias a Juan Arias Dávila y Enrique IV, que traen a Juan Guas para construir, en 1471, la iglesia del Parral, y, posteriormente, el claustro de la Catedral. Posteriormente, Juan y Rodrigo Gil de Hontañón construirían la Catedral, que como recordó Merino de Cáceres, fue levantada gracias a las aportaciones de los segovianos.