El español Alejandro Valverde (Movistar Team) se impuso ayer en la decimoséptima etapa del Tour de Francia, disputada entre Bagnères de Luchon y Peyragudes, sobre 143,5 kilómetros, mientras que Bradley Wiggins (Sky) cogió más ventaja, amplió su liderato y ya roza la victoria final.
El murciano se metió en la escapada del día y rodó en solitario durante muchos kilómetros, dando al ciclismo nacional la segunda victoria de esta edición de la ‘Grande Boucle’, tras la de Luis León Sánchez el pasado domingo.
Arropado por sus compañeros en el Movistar Rui Costa y Rubén Plaza, Valverde aguantó en cabeza la escabechina que provocó la subida al Port de Balès, de categoría especial, que coronó en solitario, y aprovechó el descenso para hacerse con un cojín de prácticamente tres minutos respecto a un pelotón tirado por Liquigas.
Pese a los intentos de Euskaltel con Egoi Martínez y Gorka Izagirre, no pudieron seguir el ritmo, aunque se mostraron muy activos en una buena etapa para el ciclismo español, siendo la mala noticia el mal día de un Haimar Zubeldia, que se dejó en la subida al Peyresourde y a la estación de esquí de Peyragudes casi tres minutos respecto a Wiggins y bajó a la séptima posición en la general.
La victoria de Valverde, cuarta en la ronda gala, fue posible en parte gracias a otro episodio para el estudio en el Sky entre el líder y su gregario y segundo en la clasificación, Chris Froome, quien volvió a descolgar a su jefe de filas y tuvo que ser parado por su director.
Al final llegaron juntos a meta, pero dio la sensación de que Froome, sin el ‘lastre’ en que se convirtió al final Wiggins, habría llegado sin problemas a la altura de Valverde y le habría arrebatado el triunfo de etapa, pues el murciano llegó exhausto a la línea de meta.
Pese a esta situación, los dos británicos cogieron más segundos de ventaja en la lucha por el podio, y es que Wiggins aseguró el maillot amarillo y prácticamente tiene al alcance la victoria final, ya que además tiene a su favor la crono larga de mañana.
la sorpresa negativa. Sin embargo, el italiano Vincenzo Nibali (Liquigas) no pudo seguir el ritmo impuesto por Froome en los kilómetros finales, sobre todo tras los ataques de Jurgen Van den Broeck (Lotto), pero no perdió excesivo tiempo al llegar a 17 segundos del líder. Además, sorprendió la actuación del Liquigas, que estuvo tirando del grupo pero nunca han dado la sensación de querer ir a por la victoria ni de que su jefe de filas tuviera fuerzas para recortar tiempo a Wiggins, como al final se demostró.
Cadel Evans (BMC), de nuevo descolgado, llegó a dos minutos y volvió a verse superado por su compañero de equipo Tejay Van Garderen, ahora quinto en la general por delante del australiano con casi minuto y medio de diferencia. Además, el norteamericano tuvo una bonita lucha con el francés Thibaut Pinot (FDJ) por el maillot blanco de los jóvenes.
Para redondear esta espectacular jornada pirenaica, Thomas Voeckler (Europcar) y el sueco de Astana Frederik Kessiakoff protagonizaron un largo e intenso duelo por la clasificación de la montaña, siendo el galo el más fuerte en el Col des Ares y la Côte de Burs, asegurándose vestir el maillot de topos en París este domingo.
Al pelotón le espera hoy una larga etapa de 222,5 kilómetros entre las localidades de Blagnac y Brive-la-Gaillarde y con un buen perfil para que triunfe otra fuga, pues deberán superar de camino a la meta un puerto de tercera categoría y tres de cuarta, el último de ellos a 10 kilómetros del final.
