El Betis venció ayer al Athletic Club y ahondó en la crisis de los bilbaínos en el partido correspondiente a la primera jornada liguera en San Mamés, con un ambiente de gran tensión a causa de las posibles ventas de Javi Martínez y Llorente en un choque de ensueño en que el cuadro local remontó tres goles en contra, pero acabó perdiendo.
Pronto empezaron los problemas para los ‘leones’, ya que en el minuto seis, Beñat asistió a Rubén Castro, que corrió a dedicarle el gol a su compañero vasco, que podría abandonar la disciplina en los próximos días.
En el 25, Molina culminó una contra perfecta con asistencia de Juan Carlos. Solo cinco minutos después, Beñat volvió a ser protagonista al conseguir un golazo en una jugada individual de Agra, que provocó un rechace, y éste enganchó un disparo seco que se coló en la red.
El Athletic se fue al vestuario con caras largas y habiendo dado una imagen pésima. Sin embargo, nada más comenzar la segunda mitad, De Marcos permitió creer en la remontada al aprovechar un pase de Aritz Aduriz, que sustituyó a Toquero.
Poco después, San José provocó la locura al volar, aprovechando una mala salida de Fabricio y la pasividad de la defensa bética, y rematar un córner que acabó en la portería local. El mismo central se beatificó en ‘La Catedral’ cuando entró como un tren en otro córner para marcar el segundo tanto local.
Cuando el milagro parecía inminente, Cañas sirvió un pase de la muerte a Pozuelo para que lo empujase. Molina clavó la daga con su segundo gol, al aprovechar un servicio de Pereira entre líneas. Una última volea de Susaeta pudo insuflar algún ánimo, pero Fabricio se mostró sublime al detenerla.