La fría y desapacible tarde de fútbol en La Albuera no auguraba precisamente un buen partido de fútbol entre dos de los conjuntos situados en la zona alta de la clasificación en el grupo octavo de la Tercera. Y a fe que el encuentro que jugaron Gimnástica Segoviana y Atlético Bembibre fue de todo, menos bonito, con 20 jugadores empeñados en pegarse todo lo que pudieron, dos porteros pasando frío, y un árbitro que lo quiso pitar todo, señaló hasta 47 faltas, pero que acabó comiéndose alguna acción bastante más merecedora de tarjeta que alguna de las doce que mostró.
Lo mejor del choque llegó al principio y al final. En el minuto cuatro de encuentro, y tras una primera declaración de intenciones de un ambicioso Bembibre, Edu recogió un balón entre los centrales, se aprovechó de que David Matías no estaba bien colocado, y le echó una carrera de diez metros en la que le sacó cinco, para plantarse solo ante Omar, y batirle con calidad. Ya en el tramo final, con el reloj desgranando los últimos segundos del tiempo reglamentario, Víctor Pérez lanzó un balón en largo a Manu, que ganó la espalda al lento central del Bembibre, y fusiló a Omar estableciendo la sentencia del partido.
Entre medias de estas dos acciones, el choque fue eso, un choque constante entre dos equipos empeñados en no ceder un solo milímetro a su oponente, que apenas podía dar dos pases seguidos sin encontrarse con la fuerte presión de su contrario, normalmente seguida de una acción antirreglamentaria que el colegiado soriano Campos Goeloe señalaba. Y así durante todo el partido.
Así, era solo cuestión de tiempo que el árbitro comenzara a desenfundar. En el minuto 20 mostró la primera tarjeta, y 70 minutos más tarde todavía tenía la amarilla en la mano para enseñar la duodécima. Eso sí, bien repartidito todo, con seis amonestaciones para cada equipo, no fuera a ser que la cosa se desmadrara para uno u otro lado.
Ahora bien, no se puede juzgar como mala la labor arbitral sin decir antes que los jugadores no le ayudaron en absoluto, porque muy pocos de ellos buscaron más el balón que las piernas de su oponente, cuando no la cabeza, puesto que Cubero, el central del Bembibre, no dudo en sacar los brazos a pasear en un par de ocasiones. Teniendo en cuenta que en ambas acciones no hubo sanción, habrá que pensar que tanto Edu como Mariano se empeñaron en darse de cabezazos contra los codos del defensa visitante.
La Segoviana logró enlazar un par de acciones de mérito antes del descanso, normalmente cuando Asier bajaba a participar en la construcción, y Dani Calleja ocupaba el carril zurdo, moviendo a la estática defensa berciana, que cuanto se veía fuera de sitio pasaba muchos apuros. Por ello tanto Edu como Javi destacaron entre la batalla general, aunque sus acciones ofensivas, sobre todo una del escurridizo jugador azulgrana, no terminaron en gol porque sus remates salieron demasiado centrados cuando afrontaban en ventaja la portería visitante.
Si la primera mitad había sido de batalla pura y dura y escaso fútbol, la segunda no la mejoró en absoluto. Es más, con el cansancio que empezó a hacerse mella en los futbolistas, las faltas fueron mucho más evidentes, con lo que el número de amonestaciones fue mayor.
La presión del Atlético Bembibre continuaba siendo insistente sobre la salida del balón de la Segoviana, pero a la hora de hacerse con la pelota, las ideas no fluían precisamente en el conjunto visitante. Alex, que en la primera parte había cometido un par de errores subsanados en el último instante, se centró mucho más en sus acciones, y Chema optó por ser expeditivo frente a la fuerte presión de Roberto, por lo que la defensa gimnástica fue poderosa por el centro, y hábil por los costados, con Borja Plaza imponiéndose a su par, y Víctor Pérez recibiendo las ayudas defensivas suficientes como para no pasar por problemas. Así se entiende que David Durán, que lleva lesionado un tiempo pero aguanta bajo los palos, no fuera exigido en una sola ocasión. Porque el Bembibre no chutó en una sola ocasión entre los tres palos de la portería gimnástica.
Sin embargo, el 1-0 resultaba peligroso, porque el equipo visitante amenazaba a balón parado con los lanzamientos de Dani Alonso que siempre llevaban peligro. Pero la defensa gimnástica estuvo impecable en ese aspecto del juego, por lo que el peligro del empate existía, pero algo menos.
Cuando el partido ya entraba en el tiempo de descuento y el Bembibre ya acumulaba hombres en el ataque, Víctor Pérez vio perfectamente el desmarque de Manu a la espalda del central, y le envió un pase perfecto que el mediocentro gimnástico aprovechó para sentenciar la victoria con un fuerte remate. Así que el espectáculo estuvo en el marcador y no en el juego, porque la Segoviana fue la única que quiso hacer algo con la pelota en un partido feo y trabado.
