Aunque para un sacerdote todas las eucaristías son únicas, la del 16 de septiembre de 2012 será imposible de olvidar para Inocencio Martín Sastre, que ayer recibió un torrente de afecto y cariño de los feligreses de la parroquia de Santa Eulalia en la que fue su despedida oficial al frente de una parroquia a la que ha servido durante los últimos 21 años.
El sacerdote segoviano dejará la parroquia el próximo 20 de septiembre, al ser nombrado co-rector del santuario de la Virgen de la Fuencisla, cargo para el que será investido mañana martes en una misa solemne celebrada en el propio santuario y presidida por el obispo de Segovia, Ángel Rubio Castro. A esta responsabilidad se suma su reciente nombramiento como canónigo del Cabildo de la Catedral de Segovia.
Al frente de la parroquia le sucederá su compañero en el ministerio sacerdotal Lucas Aragón Olmos, que asumirá su cargo el próximo 24 de septiembre.
En un templo abarrotado de público, don Inocencio no pudo reprimir la emoción cuando, al terminar su homilia, el aplauso espontáneo de los vecinos del barrio rompió el protocolo de la celebración litúrgica para subrayar el agradecimiento a la labor desempeñada en las últimas dos décadas al frente de esta parroquia. El veterano sacerdote quiso aprovechar su último sermón dominical para agradecer de forma concienzuda y detallada a todos y cada uno de los grupos, personas y movimientos con los que ha compartido su labor pastoral durante este tiempo. De todos ellos, el párroco destacó su «generosidad» a la hora de aportar tiempo, ideas y sugerencias para el mejor funcionamiento de la parroquia, y señaló que aunque su nueva responsabilidad como sacerdote le llevará lejos de Santa Eulalia, seguirá siendo «un feligrés más» de la parroquia, ya que mantendrá su residencia en el barrio.
Tras finalizar la misa, el altar mayor de la iglesia fue el escenario de la entrega de varios obsequios por parte de los distintos movimientos y grupos parroquiales, que don Inocencio recibió abrumado por el esfuerzo realizado por sus feligreses para tener con él un detalle de agradecimiento por su labor. También su familia recibió el testimonio de agradecimiento de los vecinos de Santa Eulalia en forma de un hermoso centro de flores que fue recogido por sus hermanas. «Que Dios os lo premie» era la frase con la que el sacerdote agradecía todos estos reconocimientos a su labor, consciente de que ésta ha sido posible gracias a ellos.
