El italiano Paolo Tiralongo se impuso ayer en la séptima etapa del Giro de Italia, la primera con final en alto, en una exigente jornada en la que los participantes han tenido que recorrer 205 kilómetros entre Recanati y Rocca di Cambio, que dejó como nuevo líder al canadiense Ryder Hesjedal.
Tiralongo, que ayer logró su segunda victoria como profesional, alcanzó el triunfo en un trepidante final en el que el italiano Michele Scarponi se hizo con la segunda posición, por delante de Frank Schleck y del español ‘Purito’ Rodríguez, que tuvo que conformarse con la cuarta plaza. El hasta entonces líder, Adriano Malori, renunció a la etapa a falta de 15 kilómetros para la meta y le cedió la ‘maglia rosa’ a Hesjedal, que llegó en quinto lugar.
El corredor del equipo Astana se impuso en los últimos metros a Scarpone (Lampre). Los dos ciclistas italianos, a falta de un kilómetro para el final, protagonizaron un apasionante ‘sprint’ en el que lograron dejar en la estacada a Pirazzi y al español del Movistar José Herrada, los fugados durante el ascenso a Rocca di Cambio que perdieron fuelle en la recta final.
Mirko Selvaggi, Reto Hollenstein, Matteo Rabottini y Fumiyuki Beppu formaron el grupo de los fugados hasta que comenzó el ascenso a la montaña. Poco a poco, la distancia de estos cuatro corredores con respecto al pelotón iba reduciéndose y al paso de la carrera por la ciudad de L’Aquila, lugar donde en 2009 se produjo un demoledor terremoto, las fuerzas comenzaron a flaquear y, a falta de 16 kilómetros para la línea de meta, Pirazzi abandonó el pelotón para acabar dominando, junto a Herrada, una etapa que se decidió en el último kilómetro.
El nuevo líder es Ryder Hesjedal (Garmin), que llegó a cinco segundos, por delante de los españoles Dani Moreno, que se conformó con la séptima posición, Mikel Nieve, que fue noveno, mientras que Beñat Intxausti, que se hizo con el duodécimo lugar.
Hoy se disputará la octava etapa, otra dura jornada de 229 kilómetros con final en alto entre Sulmona y Lago Laceno.
