La polémica suscitada tras el ahogamiento, el domingo, de un joven bañista dominicano en el embalse del Pontón Alto ya ha provocado una reacción de las administraciones públicas, orientada a abordar un problema que lleva años cobrándose vidas humanas sin que hasta ahora se haya encontrado la manera de atajarlo. Según pudo saber ayer esta Redacción, la segunda semana de agosto (aunque sin fecha todavía establecida), las administraciones se reunirán en la Subdelegación del Gobierno para estudiar la situación, de cara a tomar medidas.
La iniciativa ha correspondido al delegado territorial de la Junta, Javier López-Escobar, quien ha impulsado una reunión, a cuatro bandas, con participación de la Subdelegación del Gobierno y la propia administración regional, además de los ayuntamientos del Real Sitio de San Ildefonso y Palazuelos de Eresma. La idea de López-Escobar ha sido “bien recibida” por las otras tres administraciones.
El alcalde de San Ildefonso, José Luis Vázquez, reconoció la “diligencia” en actuar del delegado territorial y la “receptividad” a esa propuesta de la Subdelegación del Gobierno, representantes de las dos principales administraciones con competencias, la Junta y el Estado. Por su parte, el alcalde de Palazuelos, Jesús Nieto, informó que el pleno de la corporación aprobó por unanimidad el martes una moción instando a las administraciones con competencias a arbitrar medidas para evitar la repetición de tragedias como las del domingo.
No obstante, la resolución del asunto no se presenta sencilla, por la compleja legislación, que induce a diversas interpretaciones. La Ley de Aguas garantiza el derecho de los ciudadanos a bañarse en los cauces de agua públicos. Sin embargo, es la Junta quien tiene la competencia para declarar ‘zonas aptas’ para el baño, calificación que, como ayer advertía el alcalde de Palazuelos, “no tiene el Pontón , por lo que el baño no está autorizado”.
En cualquier caso, las administraciones han comenzado a ‘mover ficha’. “Creo que este desdichado accidente derivará en la implantación, rápida, de medidas para garantizar el cumplimiento de la prohibición de bañarse en el Pontón Alto”, pronosticaba Vázquez, partidario de adoptar medidas coercitivas. El delegado territorial, más prudente, confesaba no saber qué camino tomarán las reuniones entre administraciones, aunque confiaba en encontrar una solución. “No vamos a dejar ninguna posibilidad sin explorar”, aseguró López-Escobar.
Posible repercusión de una tragedia para los asistentes
Cuando se produce un trágico suceso como el del domingo en el Pontón Alto, las personas que se encuentran en el lugar del suceso (familiares, amigos, personal de rescate o sanitario) son susceptibles de padecer lo que se denominada ‘trastorno por estrés postraumático’. “Se trata de pensamientos recurrentes sobre el suceso, flashback, sueños relacionados con el hecho, incapacidad de concentrarse, ansiedad, reacciones físicas desagradables…”, explica Blanca Barrio, psicóloga de la Escuela Segoviana de Socorrismo, que insiste en que quienes lo sufren “no pueden desarrollar su vida personal y laboral con normalidad”.
Para evitar que el ‘trastorno por estrés postraumático’ se cronifique, Barrio recomienda a los afectados que recurran a un profesional, “para revivir el suceso de una forma controlada por el psicólogo”. A ese respecto, Barrio recuerda que la Escuela Segoviana de Socorrismo cuenta con personal preparado para atender en las más diversas situaciones de duelo.
