El Real Madrid fue puesto ayer en evidencia por un Racing muy mermado por las bajas, que a base de oficio y pundonor, no pasó apuros para mantener su puerta imbatida frente a un rival inoperante en ataque, que solo hizo un disparo entre los tres palos.
La esperada reacción del Real Madrid, tras la debacle de su visita al Levante, no se produjo y el bloque cántabro, que partía como víctima propiciatoria para servir de bálsamo al conjunto blanco, arañó un punto por el que fue ovacionado al término del choque.
El Racing empezó plantando cara al Real Madrid en el centro del campo con una buena presión sobre Xabi Alonso que dificultaba la creación de juego, con lo que, al margen de un disparo lejano y alto de Cristiano Ronaldo, los minutos iban pasando sin que ninguno de los porteros tuviera trabajo.
El equipo de José Mourinho ni pisaba el área rival ni la rondaba, y era el Racing el que llevaba el peso del juego volcándose hacia la banda derecha, donde Jairo se fue varias veces de Marcelo, pero sin culminar sus internadas.
Hasta el último cuarto hora de la primera parte no empezó a achuchar el Real Madrid a un adversario que se replegó con orden y se defendió sin pasar apuros hasta el descanso, ante el juego demasiado horizontal de un rival que se retiró a los vestuarios sin haber hecho un solo disparo entre los tres palos, salvo un cabezazo de Callejón blando, a las manos de Toño.
No debía estar muy satisfecho Mourinho con lo visto en la primera parte, porque la segunda comenzó con Di María sustituyendo a Callejón.
Sin embargo, la primera oportunidad fue para el Racing, con un disparo de Serrano, desde la frontal del área, ante el que se empleó bien Casillas, evitando que el balón entrara ajustado a la base del poste.
La entrada de Di María dio otro aire al Real Madrid y fue él quien protagonizó la primera jugada de peligro de su equipo, con un disparo, desde el vértice del área, que a punto estuvo de sorprender por alto a Toño, que tocó a córner.
A Cúper le bastó con dar entrada a Cisma por Serrano, para reforzar la banda por la que hasta entonces se movía a placer Di María, con lo que de nuevo se espesó el juego del Real Madrid.
A partir de ahí, constantes interrupciones por faltas en el centro del campo de ambos equipos y asistencia para paliar problemas musculares de los cántabros, que jugaban en favor del Racing y desesperaban a su rival.
En la recta final del duelo, el equipo ‘merengue’ trató de pisar el acelerador, pero cada uno hizo la guerra por su cuenta, con lo que a los cántabros les fue suficiente con no perder el sitio para aguantar un empate que deja el Real Madrid, aún más tocado de lo que estaba antes de esta jornada.
