Los goles de Adrián López y Reyes resolvieron ayer la clasificación del Atlético de Madrid para la Liga Europa ante el Stromsgodset noruego con mucha más efectividad ofensiva que fútbol.
El 2-1 de la ida no era un resultado para confiarse, pero no había excusa. Aunque vivió unos primeros minutos previsibles, con inquietud y alerta defensiva en su área, el conjunto rojiblanco solventó rápidamente el choque.
Le bastó una muestra de su superioridad técnica para marcar en su primera jugada de ataque, iniciada con una apertura del uruguayo Diego Forlán a la derecha a José Antonio Reyes, continuada con un preciso pase de éste al desmarque de Adrián y culminada en el 0-1 por el goleador sub’21.
La conexión Forlán-Reyes-Adrián, con un tanto que aportó a su conjunto la tranquilidad de tener la eliminatoria casi resuelta, fue lo más interesante, casi lo único en la primera mitad, en la que le faltó continuidad ofensiva.
Tras el descanso, el conjunto madrileño jugó con el tiempo a favor, sin riesgos en su línea defensiva y con nuevas apariciones en ataque ante un contrincante que ya acusaba su enorme esfuerzo físico y que ya no tenía tanta chispa en sus movimientos.
Los rojiblancos se sintieron más cómodos, aunque Keita perdonó en una ocasión. El duelo ya no ofreció ninguna amenaza más para el Atlético, que marcó el segundo por medio de Reyes, en el tiempo añadido, y que cumplió su primer objetivo de la temporada: el billete para la Liga Europa.
