Hasta 16 miembros de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) fallecieron después de un bombardeo de madrugada en un hospital en la localidad afgana de Kunduz, según informó la organización a través de un comunicado.
El ataque tuvo lugar a las 2:10 (hora local), cuando el centro de traumatología de MSF en Kunduz fue objetivo de un bombardeo en repetidas ocasiones, por el cual quedó seriamente dañado, según las mismas fuentes, que confirmaron la muerte de varios de sus miembros —que ya supera la quincena— y la desaparición de otros tantos, así como más de una treintena de heridos graves como consecuencia de la explosión, entre los cuales también habría trabajadores de la ONG.
Por su parte, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, posibles responsables del ataque, confirmaron estar investigando el suceso. “El incidente del bombardeo del hospital de Kunduz está bajo investigación”, aseguró un portavoz de los militares norteamericanos en Afganistán.
El portavoz contó que las fuerzas militares estadounidenses llevaron a cabo un ataque aéreo en la ciudad de Kunduz a las 2.15 horas del sábado “contra individuos que amenazaban a la fuerza”. “El ataque podría haber causado daños colaterales en una instalación médica cercana”, añadió.
Desde Médicos sin Fronteras señalan que se había informado a “todos” los bandos enfrentados de la localización exacta de este centro médico.
Además, denunciaron que el ataque “continuó durante más de 30 minutos” después de que “las autoridades militares de Kabul y Washington fueron informadas por primera vez”.
A pesar del bombardeo, el personal del hospital de MSF siguió trabajando y realizando operaciones quirúrgicas a vida o muerte en pésimas condiciones.
