La Comisión de Urbanismo, con el voto favorable de PSOE e IU y la abstención del PP, aprobó ayer un dictamen favorable a la obtención de una finca, de unos 757 metros cuadrados, situada en uno de los márgenes del Eresma, entre el Puente de la Moneda y la Puente Castellana. Salvo sorpresa, el pleno aprobará el viernes este convenio urbanístico que el Ayuntamiento suscribirá con el propietario de la parcela, un acuerdo que el pasado mes de octubre ya recibió el visto bueno por parte de la junta de Gobierno local.
La iniciativa obedece al propósito del Ayuntamiento de incorporar al inventario municipal, a través de convenios de permuta, aquellas parcelas, ahora de propiedad privada, que se encuentren en espacios “sensibles”, especialmente en el “cinturón verde” de la ciudad; en los que cualquier construcción pueda suponer un impacto visual contra el paisaje o las vistas de monumentos. Esto es, el propósito es que no se vuelvan a repetir casos como el del polémico edificio situado en el número 25 de la calle de San Marcos.
El Ayuntamiento obtendrá la propiedad de la finca a cambio de introducir algunas ‘compensaciones’ para el propietario en el Plan Especial de Áreas Históricas (PEAHIS), en tramitación. Según el acuerdo inicial que aprobó la junta de Gobierno, el planeamiento urbanístico concentrará la edificabilidad que este propietario tiene repartidas en varias parcelas, que suman algo más de 200 metros cuadrados, en un solar, del mismo propietario, junto a la calle Villena, que tiene el reconocimiento de suelo urbano consolidado.
El concejal de Urbanismo, Alfonso Reguera, explicó ayer que varias sentencias del TSJCyL consideran que la mera huella de antiguas construcciones posibilita la consideración del espacio como edificable; caso, según recordó, porque así lo acreditó un fallo judicial, de una finca situada en San Marcos, cerca de la iglesia de la Vera Cruz, utilizada como aparcamiento al aire libre. En la parcela que ahora obtendrá el Ayuntamiento su propietario habría acreditado la huella de al menos tres antiguas edificaciones, donde “en principio se podrían levantar algún tipo de caseta o construcción”. “Lo que hace el Ayuntamiento es unir la edificabilidad de esas huellas y concentrarla como suelo urbano en una parte de esa misma parcela”, indicó Reguera, quién matizó que, a cambio, pasará a propiedad municipal la mayor parte del espacio situado entre una zona vallada y el río, que hoy está expedito, y es utilizado por muchos paseantes, junto a la Puente Castellana, en San Marcos.
La finca que obtendrá el Ayuntamiento forma parte de un espacio de la Alameda que es paseable y, sin embargo, es de titularidad privada. El Gobierno municipal quiere tener bajo control esta finca, situada en un espacio protegido, donde, además, se encuentra, en el subsuelo, algunas infraestructuras importantes como un colector.
El propietario, según confirmó Reguera, obtendría una edificabilidad de algo más de 200 metros cuadrados, que le permitirá levantar una construcción de “una altura y media o dos alturas”. “El Ayuntamiento obtiene un espacio de paso en el cinturón verde, que podría haber quedado cerrado si no hubiéramos alcanzado este acuerdo y el propietario, en su derecho, hubiera querido construir”, apuntó.
Por su parte, la concejala del PP, Raquel Fernández, argumentó el voto de abstención de su grupo en la Comisión de Urbanismo (que previsiblemente se repetirá en el pleno) en que “no consideramos que esté perfectamente acreditada la titularidad de las parcelas”. Fernández precisó que las escrituras aportadas por el propietario “comprenden terrenos de mucha superficie, son muy imprecisas, tampoco se aportan planos, y no hay sintonía entre lo que dice el Catastro y el Registro, algo que, por desgracia, suele ser habitual”.
