El español Rafa Nadal doblegó ayer con firmeza (6-1 y 6-4) al finlandés Jarkko Nieminen y alcanzó así los cuartos de final del Masters 1.000 de Madrid, en un duelo en el que prolongó las buenas sensaciones con las que terminó su debut, pese a alguna duda en la segunda manga, para citarse ahora con el checo Tomas Berdych por un puesto en las semifinales.
El manacorí se apoyó de inicio en un buen servicio y en un ‘drive’ contundente que hizo correr de esquina a esquina a su rival. Nadal no tardó en tumbar la resistencia de su oponente en el primer set. En el segundo saque del nórdico, el español logró el primer ‘break’ a favor. A partir de ahí, desplegó su recital de golpes para sumar un juego tras otro y llevarse el parcial.
Ya en la segunda manga, Nieminen trató de meterse en la pelea y, tras una primera tentativa en el primer juego, lo logró rompiendo el saque de su adversario en el quinto. Nadal se relajó dando alas a un contricante que disfrutaba con cada punto que le sacaba al de Manacor. Nadal pasó de dominar cómodamente (3-0) a la igualada, pero no se descentró.
Así, el examen ante el finés aún tuvo una prueba más para el mallorquín, que salvó una bola de ‘break’ en el noveno juego. A continuación, la adrenalina del número uno acabó con un Nieminen que no pudo con la presión.
«Llevo dos semanas seguidas perdiendo en cuartos y esperemos que pueda pasar. Espero estar con la energía para hacerle frente desde el principio y espero que jugar en casa sea un extra», apuntó Nadal respecto a Tomas Berdych, su próximo oponente.
Murray, adiós
En otros encuentros, el colombiano provocó un nuevo golpe al eliminar al británico Andy Murray, un nuevo favorito que se despide en un certamen que se está quedando huérfano de figuras.
Finalista la semana pasada en Barcelona, el colombiano ratificó su gran momento al superar por un contundente 6-3 y 6-2 a un Murray que aún no termina de adaptarse a la arcilla.
Además, Feliciano López entró en cuartos sin jugar por la lesión del austríaco Dominic Thiem. El español se medirá hoy ante la afilada katana del japonés Kei Nishikori, sorprendente vencedor en el Godó, y que dejó fuera al canadiense Milos Raonic.
