Los ministros de Economía de la eurozona alcanzaron ayer finalmente un acuerdo, al tercer intento, con el nuevo Gobierno griego para prorrogar durante cuatro meses su programa de asistencia financiera, que vence el próximo 28 de febrero.
A cambio de la prórroga, Atenas se compromete a presentar el lunes una primera lista de reformas prioritarias, basadas en el actual rescate.
Estas reformas serán examinadas por las instituciones de la troika (formada por la Comisión, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) y si su evaluación es positiva, el martes se iniciará el proceso de ratificación de la prórroga en los parlamentos nacionales que deben hacerlo (los de Alemania, Finlandia, Estonia y Holanda).
Grecia se comprometió ante el Eurogrupo a pagar la deuda a todos sus acreedores en los plazos acordados, a no revertir ninguno de los ajustes aprobados por anteriores Gobiernos y a no adoptar medidas unilaterales que pongan en riesgo las metas fiscales.
El ministro de Economía, Luis de Guindos, calificó de “muy positivo” el acuerdo entre el Eurogrupo y Grecia para prorrogar cuatro meses el rescate porque “cumple todas las exigencias” que tenía planeado España, en particular el pago de la deuda y el cumplimiento de las condiciones por parte de Atenas.
“Es un acuerdo positivo, es un acuerdo que permitirá tener cuatro meses de discusión sobre el acuerdo futuro y, por otro lado, que cumple todas las exigencias que había planteado el Gobierno español y muchos otros Gobiernos”, aseguró De Guindos en declaraciones a la prensa tras el fin del Eurogrupo.
El ministro de Economía negó que España intentara bloquear el acuerdo, como aseguró la prensa griega, y explicó que su actitud fue de lo más “constructiva” pero que al mismo tiempo tenía que “defender sus intereses”. “Las reglas se van a respetar”, aseguró, a la vez que añadió que “las autoridades griegas reconocen que van a pagar completamente las deudas”.
