El servicio de atención telefónica para urgencias pediátricas de la Junta de Castilla y León, un programa asistencial diseñado para ayudar a los padres con niños menores de 14 años, ha gestionado desde su puesta en funcionamiento un total de 30.615 llamadas, una media aproximada de 30 diarias, de las que casi un 80 por ciento se resolvieron mediante consejo telefónico.
En la provincia de Segovia este servicio ha atendido un total de 1.356 llamadas desde el inicio de su actividad el pasado 24 de febrero de 2014. Un total de 1.087 consultas se resolvieron con consejo telefónico, 183 requirieron traslado a un hospital y 86 derivación a centros de salud.
Este servicio, según recuerda la Junta de Castilla y León, garantiza una respuesta profesional “rápida y fácil” por teléfono y en un futuro prevé utilizar también “otros canales de comunicación”, y contribuye a promover la consulta no presencial “de forma sistemática”, para así resolver un “alto porcentaje” de las demandas de los pacientes sin necesidad de acudir a los centros sanitarios.
De hecho, las encuestas realizadas para valorar la calidad del programa han confirmado que este servicio de atención telefónica ha evitado el desplazamiento “de un gran número de usuarios” a los servicios de urgencia, tanto de los centros de salud como de los hospitales. Así, un 84 por ciento de los usuarios ha declarado que de no haber realizado la llamada hubiera acudido a urgencias.
El balance regional de actividad ha revelado que 24.311 de las llamadas recibidas encontraron solución directamente a través del teléfono, otros 3.931 de los casos atendidos requirieron traslado a un centro hospitalario, mientras que las 2.373 restantes se derivaron a un centro de salud.
Los motivos más frecuentes de consulta son generalmente dudas sobre medicación, problemas como fiebre, síntomas digestivos, diarrea, tos o trastornos de la piel.
La franja de edad de los pacientes que han requerido el servicio oscila entre los mayores de dos años, el 43 por ciento y los del tramo entre tres y seis meses, con un 7,26 por ciento.
Con relación a los días de la semana, los sábados y domingos son los de mayor demanda de atención, con un 18,39 por ciento y un 17,44 por ciento respectivamente, y no existe una “gran variabilidad” en el registro de llamadas de lunes a viernes, situándose la media en un 12,83 por ciento.
En cuanto a los tramos horarios, se observa que los usuarios de este servicio lo utilizan preferentemente durante las horas de la tarde y noche, ya que el tramo horario que mayor número de llamadas recibe es de 15.00 a 20.00 horas, con un 34,85 por ciento, seguido muy de cerca por el tramo comprendido entre las 20.00 y 00.00 horas, con un 32,37 por ciento, mientras que entre las 00.00 horas y las 8.00 horas el número de llamadas se sitúa en un 12 por ciento del total.
En las citadas encuestas de evaluación, un cien por cien de las personas han asegurado que volverían a utilizar este servicio, que ha obtenido un 91 por ciento de votos entre el ocho y el diez.
Los profesionales que atienden las llamadas son enfermeras ubicadas en el Centro Coordinador de Emergencias Sanitarias (CCU), entrenadas específicamente en cuanto a protocolos sobre problemas de salud frecuentes en la infancia. El teléfono de contacto gratuito es el 900 222 000.
Se trata de un servicio complementario, indicado para aquellas situaciones en las que una “rápida recomendación profesional” proporciona tranquilidad a los padres, al mismo tiempo que contribuye a “mejorar la utilización de los servicios públicos sanitarios”, pues regula las “demandas urgentes” y ayuda a “evitar la saturación” de las consultas, aunque tiene en cuenta siempre la “gravedad y complejidad del problema”, según señala la Junta de Castilla y León.
