El francés Alexis Vuillermoz, del Ag2r La Mondiale, triunfó en la octava etapa del Tour de Francia, disputada entre las localidades de Rennes y Bretaña sobre 181,5 kilómetros, tras arrancarse en la ascensión al Muro de Bretaña y acabar por delante de Daniel Martin (Cannondale Garmin) y el español Alejandro Valverde (Movistar).
El británico Chris Froome (Team Sky) mantiene el jersey amarillo de líder de la clasificación general, seguido por el eslovaco Peter Sagan (Tinkoff-Saxo) y del belga Tejay Van Garderen (BMC Racing Team), mientras que el español Alberto Contador (Tinkoff-Saxo) sigue en la pelea al estar a 36 segundos. Por el contrario, Vincenzo Nibali (Astana), otro de los favoritos, se quedó colgado en la recta final y perdió unos valiosos segundos que pueden ser decisivos.
La jornada arrancó con 100 kilómetros de escasa exigencia antes de llegar al Col du Mont Bel Air. Sylvain Chavanel (IAM Cycling), Romain Sicard (Team Europcar), Pierre-Luc Perichon (Bretagne) y Bartosz Huzarski (Bora-Argon 18) se fugaron del grupo de cabeza y fueron neutralizados por un ataque de Michal Kwiatkowski (Etixx-Quick Step) a su llegada al primer puerto del día, con Cannondale y Sky tirando muy fuerte del pelotón para engullir a los corredores.
A pesar de la intensidad de la persecución, el perfil llano del trazado dificultaba a Cannondale la posibilidad de disminuir la ventaja superior a un minuto con respecto a los tres escapados —Lars Ytting Bak (Lotto-Soudal) y los polacos Huzarski y Michal Golas (Etixx-Quick Step)— que aguantaron con entereza buena parte de la carrera el pulso del pelotón.
Mientras tanto, la constancia en el ritmo de los fugados, que colaboraron entre sí para mantener su ventaja el máximo tiempo posible, obligó a los equipos a formar sólidas agrupaciones entre sí para luchar entre ellos por las mejores posiciones en la cabecera del pelotón para la entrada del Muro de Bretaña.
El insistente empuje de Cannondale-Garmin tirando del pelotón, ayudados por el BMC Racing Team y Team Sky, en las zonas de repechos, acabaron por neutralizar la fuga a ocho kilómetros de la meta mientras los corredores cogían posiciones para la ascensión de los últimos dos kilómetros.
Con un desnivel del 12%, Team Sky afrontó el ascenso con Chris Froome en segunda posición mientras Vincenzo Nibali dejó malas sensaciones y se quedó colgado en los metros finales. El duro final lo supo afrontar Vuillermoz, que tomó un espacio y atacó para proclamarse vencedor de la etapa.
Nibali no ocultó su decepción al final de la etapa y lamentó haber perdido 20 segundos en la subida al Muro de Bretaña. “Al final no tenía buenas sensaciones. Al principio de la etapa no me encontraba mal, pero no he podido responder a los acelerones, he vivido un día muy negro”, manfiestó el vigente campeón del Tour de Francia.
Su director deportivo, Giuseppe Martinelli, lanzaba un aviso: el ganador de 2014, a su juicio, ya no tiene margen de error. “No entiendo lo que ha pasado. Tenemos que pensar que lo de hoy ha sido un mal día porque si no este Tour se nos complica. No podemos permitirnos más errores”, finalizó. Nibali es decimotercero en la clasificación general y permanece a 1 minuto y 48 segundos del liderato del británico Chris Froome (Sky).
