La canciller alemana, Angela Merkel, abogó ayer por centrar los esfuerzos en “repartir mejor las tareas” de atención y acogida de los miles de refugiados que tratan de cruzar desde hace semanas la ruta de los Balcanes occidentales para llegar a la UE, en especial a Alemania, al tiempo que pidió asegurar un “trato digno” para estos inmigrantes. Líderes de 13 países de la región, entre ellos Alemania, Hungría, Grecia, Serbia y Albania, se reunieron en Bruselas para buscar un acuerdo sobre medidas operativas inmediatas que ayuden a contener el flujo de refugiados cuanto antes.
“Los tiempos extraordinarios exigen medidas extraordinarias”, declaró la canciller alemana a la prensa a su llegada a la reunión, en la sede de la Comisión Europea. Merkel confió que de esta cumbre en formato reducido salgan acciones específicas que aseguren ayuda a las personas que “deambulan a veces bajo condiciones inaceptables”, pero también lograr orden en los procesos de acogida y que “todos entendamos esto como una tarea común”. “Todos debemos cumplir la Convención de Ginebra y tenemos que velar por la dignidad humana”, advirtió.
Por su parte, el presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schulz, advirtió de que aquellos que reciben con violencia a los refugiados que buscan acogida en la Unión Europea son una “vergüenza para Europa”. “Aquellos que tratan de resolver los problemas con violencia hacia los refugiados son una vergüenza para Europa”, declaró Schulz a su llegada a la cumbre de líderes. El presidente de la Eurocámara subrayó que la Unión Europea es símbolo de la “solidaridad entre Estados” y criticó que los países que rechazan cooperar para solventar la crisis de los refugiados “están jugando con la seguridad” de Europa.
