El año 2014 concluía en Segovia con el anuncio del cierre temporal de la residencia «Santa Teresa», que desde hace cuatro décadas atendía la comunidad de religiosas de la congregación de Misioneras de Acción Parroquial. En este tiempo, el magnífico edificio ubicado en la carretera de Palazuelos, junto a la Ciudad Deportiva La Albuera albergó a decenas de jóvenes que venían a Segovia a completar sus estudios como lugar de residencia hasta que los nuevos tiempos obligaron a la comunidad a optar por el cierre de la residencia al no contar con un número de residentes que garantizara su continuidad.
Así, en diciembre del pasado año, la residencia echaba el cierre y la comunidad de Misioneras de Acción Parroquial iniciaba un largo proceso para decidir el futuro del edificio.
Tras varios meses de esfuerzo, las «Carboneras» —como se conoce popularmente a esta congregación— han adoptado una valiente decisión y desde el pasado mes de septiembre han abierto las puertas de la residencia en un nuevo proyecto de carácter más modesto e inicialmente dirigido a la propia congregación.
Pilar García, delegada de las Misioneras de Acción Parroquial, explica que la intención de la congregación es abrir la casa paa albergar a las religiosas más mayores, con el fin de que puedan disfrutar de una actividad «más tranquila» en el marco de una ciudad «tan acogedora como Segovia».
Así, en la actualidad conviven en la residencia una decena de religiosas, que realizarán una labor pastoral «testimonial», en palabras de la delegada en algunas parroquias próximas al inmueble.
«Queremos que la residencia sea una casa más en el barrio —aseguró la delegada— eso si, orientada a ofrecer una vida un poco más cómoda a las hermanas que van teniendo años y que aún son válidas; pero sin olvidar nuestro compromiso fundacional, por lo que estaremos abiertas a colaborar en la medida de nuestras posibilidades».
Esta decisión ha hecho que las Misioneras de Acción Parroquial hayan desestimado otras ofertas de venta o alquiler del edificio que han recibido en este tiempo, aunque la delegada aseguró que en estos diez meses «se han dicho muchas cosas que no sabemos de dónde han salido, pero lo cierto es que ahora hemos cerrado todas las peticiones que se nos hicieron».
De este modo, las religiosas regresan a Segovia, una provincia especialmente estimada por la congregación al ser el punto de arranque de un proyecto asistencial y espiritual que arrancó en 1942 y que hoy extiende sus raíces por medio mundo.
