España cuenta con un total de 697 zonas de gran afluencia turística (ZGAT) donde los comercios disponen de plena libertad horaria, en función de la estacionalidad y meses de verano, en las que los comerciantes pueden decidir su horario de apertura, según señaló ayer la directora general de Comercio Interior del Ministerio de Economía y Competitividad, Carmen Cardena, en la asamblea de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (Anged).
Por comunidades autónomas, Canarias y Baleares, por su gran afluencia turística, registraron los mayores aumentos en el número de este tipo de zonas, bajo el Real-Decreto Ley que determina los criterios objetivos para la libertad de apertura comercial, aprobado por el Gobierno en 2012.
A los dos archipiélagos, le siguió Cataluña, Valencia y Andalucía, como regiones que cuentan con más municipios con delimitaciones horarias en función de la estacionalidad y meses de verano. En este sentido, Cardena puso de manifiesto la apuesta del Ministerio al que pertenece “avanzar en la liberalización” del sector, tanto en materia de apertura de horarios, como en la eliminación de importantes trabas, como el impuesto de grandes superficies.
Asimismo, destacó el crecimiento que experimentó el sector de la distribución, con 23 meses consecutivos de crecimiento, tras seis años de caídas en las ventas y los beneficios. Así, el sector crece creció a un ritmo del 3,3% en lo que va de año, según los datos del Ministerio. La competitividad del comercio español “se sitúa a la cola de los grandes países desarrollados”, como consecuencia de “una hiperregulación compleja, engorrosa y fragmentada”, que tampoco consiguió proteger a una parte del sector, criticó el presidente de Anged, Alfonso Merry.
Así, en un contexto de competitividad empresarial cada vez más complejo, para el presidente de la asociación resulta “pretencioso querer frenar las corrientes de cambio en el consumo poniendo palos en las ruedas del crecimiento”. En este sentido, se produjo un auge de competidores digitales que, con unas reglas totalmente distintas en materia fiscal, laboral y regulatoria, pueden dar una respuesta rápida a los nuevos hábitos.