La Academia de Artillería ya tiene su sello —“con un poco de retraso”, como reconoció el presidente de Correos—, como homenaje a los 250 años de vida de este Real Colegio (1764-2014).
La estampa se presentó ayer en Segovia, en la sede de la Academia, en un acto institucional presidido por el director general, Alfredo Sanz y Calabria, y el presidente de Correos, Javier Cuesta. Este acto pone el punto final al programa de actividades que durante todo el pasado año conmemoró el 250 aniversario de la Academia de Artillería, un programa que se puso en marcha “después de muchas horas de trabajo y con el esfuerzo de un equipo descomunal de personas”, según reconoció Sanz y Calabria, con actividades para todos los públicos, desde los puramente institucionales hasta la edición de libros o la apertura de exposiciones de las que pudieron disfrutar todos los segovianos.
Ahora, como un “maravilloso recuerdos”, en palabras del director general de la Academia, ve la luz este sello, que tiene un valor postal de 0,90 euros y una tirada de 220.000 ejemplares. La imagen está centrada por el anagrama del 250 aniversario y recrea, a la izquierda, dos artilleros con uniforme azul y grana del siglo XIX; y, a la derecha, armamento moderno, destacando así también la innovación integral de esta institución, de la que lleva haciendo gala desde su nacimiento.
Este sello forma parte de la emisión de tres efectos de la serie ‘Efemérides’, en los que ya se inscribe la ‘ñ’ de la Marca España como característica primordial del correo español.
El presidente de Correos, Javier Cuesta, destacó durante su intervención la historia de la Academia de Artillería desde sucreación en el reinado de Carlos III, que se ha ido adaptando en todo momento al progreso y la evolución, desarrollando una importante labor de I+D+i relacionada con el armamento.
Asimismo, afirmó que “presentar un sello nuevo siempre es un honor, pero presentar uno dedicado a las Fuerzas armadas es un honor doble”; y reconoció que, aunque se ha emitido el sello conmemorativo con “un poco de retraso”, así se pone un bonito broche final a los actos del 250 aniversario.
Cuesta explicó a los asistentes que “los sellos son obras de arte”, por lo que hay que estar orgullosos de la labor que se realiza hasta que salen a la venta, y desveló que en muchas ocasiones son diseñadores externos a la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre los que participan en su elaboración. Y es que, concluyó, tener un sello es una forma de “pasar a la historia”, porque no es algo local, sino que es un “elemento cultural universal”.
