El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, visitará Damasco para reunirse con los dirigentes del Gobierno sirio en un intento de dar un nuevo impulso a los contactos políticos para poner fin a la guerra en Siria. Además, De Mistura anunció que denunciará durante su viaje a Siria el uso de armas indiscriminadas como las bombas de barril. “Durante su visita, De Mistura tiene intención de plantear al Gobierno sirio la cuestión de la protección de los civiles, subrayando de nuevo que el uso de bombas de barril es inaceptable y que el deber incontestable de cualquier gobierno, bajo cualquier circunstancia, es proteger a sus civiles”, informó la oficina de De Mistura a través de un comunicado en este caso.
Además, De Mistura tratará también la situación humanitaria y pedirá que se facilite el acceso a las zonas asediadas y más afectadas por el conflicto. El documento no especifica la fecha concreta del viaje por motivos de seguridad.
Autoridades
“Durante sus entrevistas, el enviado especial tiene previsto plantear otra vez a las autoridades sirias su profunda convicción de que en este conflicto no se puede imponer por la fuerza ninguna solución y de que es urgentemente necesario un acuerdo político incluyente y liderado por los sirios”, añadió. De Mistura inició el mes pasado en Ginebra los contactos con dirigentes políticos del régimen, de la oposición, de gobiernos de la región y con representantes de la sociedad civil siria para intentar impulsar un proceso político en este sentido.
Fuentes diplomáticas destacaron que al celebrarse en Ginebra, De Mistura mantendrá el control del proceso y favorecerá las negociaciones al producirse en un terreno neutral. Sin embargo, el principal grupo opositor sirio rechazó reunirse con De Mistura en Suiza y preferiría hacerlo en Estambul. En el comunicado, el equipo de De Mistura explicó que las reuniones proseguirán en julio y confirmó que el calendario provisional fue prorrogado. La citada agenda incluiría la presentación de un informe a finales de junio al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon en este caso.
Más de 220.000 personas han muerto y más de un millón han resultado heridas en los cuatro años de guerra. Casi 4 millones de personas han salido del país y 12,2 millones necesitan ayuda humanitaria, incluidos 5,6 millones de menores de edad, según los últimos datos en este caso.
