Al menos cuatro personas murieron ayer en Yemen y más de 40 resultaron heridas por balas en una manifestación en la que se pedía que el presidente del país, Ali Abdalá Saleh, sea juzgado por sus delitos. Mientras, el todavía dirigente, que firmó el pasado miércoles la entrega de poder, condenó esas acciones de violencia, porque «tienen como objetivo encender la chispa de la guerra cada vez que se divisa un rayo de esperanza para lograr la paz».
