La reacción del Barcelona en el segundo tiempo le permitió sumar ayer un punto en Valencia, donde el ímpetu del equipo local le permitió ser amo y señor del encuentro en el primer periodo, pero donde el conjunto catalán mostró, sin hacer un gran partido, argumentos tras el descanso para ganar.
El empate mantiene al Valencia invicto en el campeonato con dos puntos de ventaja sobre el Barcelona, tras un encuentro en el que el equipo local fue de más a menos y el visitante de menos a más.
Durante la primera parte, el Valencia fue superior al Barcelona gracias sobre todo a las penetraciones, tan constantes como peligrosas, de los valencianistas por el flanco derecho del equipo catalán.
Con una defensa de tres y Dani Alves muy adelantado, Jordi Alba y Mathieu encontraron el camino para llegar en más de una ocasión casi hasta el poste de la portería de Valdés, sin que Mascherano pudiera frenar la avalancha local.
En una de las llegadas, Abidal se hizo un autogol, en otra Pablo logró el segundo tanto local. En la más clara de todas, Soldado no marcó. En todas ellas, el balón llegó a Mathieu y por el mismo sector.
Tras el 1-0, en el que la fortuna se alió con el Valencia, el Barcelona fue capaz de reaccionar en la jugada siguiente cuando un magistral pase de Messi a Pedro propició el 1-1. Única ocasión clara para el Barça antes del descanso.
Reaccionó el Valencia, que a base de empuje, pero también de juego, no permitió que el rival se sintiera cómodo. Recuperó el balón con facilidad y llegó a la contra con peligro, además de mostrarse como equipo sólido en defensa.
Tras el descanso, Guardiola, situó a Alves como lateral, y Puyol y Mascherano pasaron a jugar de centrales. A medida que pasaban los minutos, la personalidad habitual del Barcelona empezó a dejarse notar sobre el césped de Mestalla. El dibujo del segundo tiempo le daba más consistencia y aunque el Valencia no le perdía la cara al partido, su protagonismo no era el mismo.
Por otra parte, cuando se alcanzó el ecuador del segundo tiempo, el dominio del Barcelona ya se había en los niveles habituales y un disparo de Mascherano al larguero (m.67) fue un primer serio aviso del equipo catalán en este segundo tiempo, ante un Valencia que ya cifraba todas sus opciones en el contragolpe.
El partido pasó a ser un monólogo del Barcelona, un equipo que volvió a jugar con tres centrales, decidido a arriesgar para no perder y en una de sus opciones, un pase de Messi sobre Cesc propició el empate que buscaba el equipo catalán.
Con el empate, el encuentro se equilibró un poco, conscientes ambos equipos de que marcar podría ser decisivo, pero preservar la igualada no era la peor de las ideas. Con todo, el 2-3 parecía más cercano que el 3-2.
No tuvo el Valencia oportunidad alguna para ganar en los últimos compases del encuentro, pero sí el Barcelona, que a pesar de toparse con una defensa compacta, dispuso de dos ocasiones con el tiempo casi vencido para obtener la victoria.
