Miles de personas se manifestaron ayer en una plaza de Ankara para homenajear a las víctimas del doble atentado que causó el sábado 95 muertos según datos oficiales. Durante la concentración, se escucharon gritos contra el Gobierno y el presidente, Recep Tayyip Erdogan. La plaza Sihhiye fue el escenario de este acto, que transcurrió ante la atenta mirada de las fuerzas de seguridad, apostadas con agentes antidisturbios para impedir el posible avance de la concentración hacia el barrio donde están el Parlamento y las oficinas del Gobierno.
El pro kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP) acusó a las fuerzas de seguridad de reprimir a algunos de sus miembros cuando intentaban realizar una ofrenda con flores. Según un comunicado de la formación, varias personas resultaron heridas en una trifulca. Parte de los asistentes tacharon de “asesinos” a Erdogan y a la Policía, a los que responsabilizan de la muerte de más de un centenar de personas por un doble atentado suicida ocurrido precisamente en otra manifestación. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad de este ataque.
El Gobierno reconoció que trabaja con varias hipótesis, entre ellas Estado Islámico y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). En este sentido, afirmó que están trabajando para “identificar a los responsables del ataque y llevarlos rápidamente ante la Justicia”. La oficina del primer ministro, Ahmet Davutoglu, confirmó, al cierre de esta edición, que ya han sido identificadas alrededor de más de un centenar de víctimas mortales. Unos 250 heridos seguían ayer ingresados en hospitales, 48 de ellos en cuidados intensivos.
Este atentado tuvo lugar a un mes de las elecciones en Turquía. Así, fuentes del Gobierno comentaron que no van a aplazar los comicios, “no está en la mesa, ni siquiera es una opción”. Las autoridades, no obstante, si preven aumentar “más todavía” la seguridad en los actos electorales tras el atentado y por los “crecientes riesgos” en el país.
