Una recopilación de los trabajos publicados por Manuel González Herrero, durante cerca de medio siglo —desde 1955 hasta 2002—, en la revista “Estudios Segovianos”, fue presentado ayer, en un acto celebrado en el salón de plenos de la Diputación de Segovia. El libro, editado por el Instituto de la Cultura Tradicional “Manuel González Herrero”, dependiente de la Diputación, recoge un total de 20 artículos y cuatro colaboraciones, en su mayoría dedicados a la historia jurídica y social de Segovia.
En el acto, iniciado con el toque de la entradilla, a cargo de Carlos de Miguel (padre e hijo) y Jesús Costa, el presidente de la Diputación, Francisco Vázquez, se felicitó del “buen trabajo” realizado por el Instituto desde su creación, hace dos años, intuyendo que González Herrero “estaría satisfecho con sus frutos”. Vázquez agregó que la obra pretende, además de recopilar la labor investigadora de González Herrero, reconocer los 64 años de la revista “Estudios Segovianos” y la tarea divulgativa llevada a cabo por la Real Academia de Historia y Arte de San Quirce. Y finalizó su discurso defendiendo que la labor de San Quirce y el Instituto debe ser “complementaria”, por lo que se congratuló de la “estrecha colaboración” existente hasta la fecha.
El recién nombrado director de la Real Academia, Rafael Cantalejo, articuló su intervención resaltando la relevancia de la revista “Estudios Segovianos” a la que calificó como “pieza fundamental de nuestra razón de ser”, recordando que ya ha superado los cien números. De González Herrero, con el que coincidió en San Quirce (“nos compenetramos muy bien cuando él era director y yo ejercía de secretario”), Cantalejo alabó su “ingente capacidad de trabajo”, y la claridad de sus ideas.
Dueñas y Horcajo
Por su parte, la directora del Instituto, Sara Dueñas, avanzó que 2015 “va a ser un año de publicaciones”, dado que en los próximos meses saldrán a la luz varios volúmenes, fruto de las becas de investigación convocadas por la entidad. En la misma línea de Vázquez, Dueñas dijo estar satisfecha por los lazos creados entre San Quirce y el Instituto, agradeciendo, por último, el trabajo de recopilación de los artículos de González Herrero llevado a cabo por Jesús Fuentetaja.
Antonio Horcajo, presidente del Centro Segoviano de Madrid, quiso hacer referencia a las “muchas virtudes” de González Herrero. Entre ellas, citó la tolerancia, la concordia, el amor a la tierra, el sosiego… destacando que sus trabajos han permitido profundizar en el conocimiento de la identidad de Segovia. Aseguró que su faceta investigadora se centró en el estudio de la cultura de “España, su amor; Castilla, su pasión; y Segovia, su raíz”. Horcajo resaltó también de su amigo que ni en los tiempos que pasó en prisión “dijo una palabra de reproche a nadie”. Giró después en su discurso el presidente del Centro Segoviano de Madrid, haciendo suya una frase de González Herrero, esa en la que decía que “el futuro de Segovia está en el sur, como su historia”, para concluir asegurando que “no se entendería la historia de Segovia de los últimos 600 años si no se entiende el trabajo de los segovianos que salieron de su tierra” .
Gratitud de la familia
Cerró la presentación Joaquín González-Herrero, quien tras expresar gratitud en nombre de su familia al ver reconocida la obra de su padre, consideró que el autor del libro ayer presentado es, en realidad, “un abogado dedicado al estudio de la historia, y en cuyos escritos vertió de manera tan provechosa su saber jurídico”.
Defendió González-Herrero que el historiador es, en cierto modo, un juez del pasado, al que se asoma con su bagaje intelectual. En ese sentido, defendió que su padre “bien sabía que el historiador, como el juez, no podía alcanzar la posición de neutralidad cognoscitiva”. “Manuel González Herrero —prosiguió— sabía que la imparcialidad de quien juzga procesos fenecidos es vana ilusión”.
Atribuyó el hijo al padre “su decisiva contribución al estudio de la identidad segoviana”, como un conjunto de rasgos comunes que permiten cierta diferenciación del resto. En esa “identidad segoviana”, el ayer homenajeado destacó “el genio jurídico”, el respeto a la mujer, el valor, la dignidad individual y como pueblo, la religiosidad, la importancia del componente colectivo y solidario, la explotación de los bienes comunales, el reconocimiento del mérito, la igualdad, el espíritu emprendedor, la energía, la independencia, el espíritu democrático o el sentido de justicia.
Para González-Herrero, esa identidad segoviana “es una forma de decir ‘somos así’, de definirnos hacia afuera, pero sin ninguna vocación de exclusión”. Ahondando en esa misma idea, subrayó que en los textos de su padre “no hay lugar para el nacionalismo”.
En lo referente al aspecto lingüístico de los artículos incluidos en la obra ayer presentada, González-Herrero aplaudió la “brillante” utilización de la lengua castellana, con “discursos limpios”, en los que conviven en armonía el rigor intelectual con la elegancia. “Él escribía en un castellano que era ejemplo de narración histórica”, aseveró. Para acabar, González-Herrero indicó que su padre “se adelantó a su tiempo con una visión de la historiografía al servicio de la sociedad y útil para el futuro de los pueblos”.
