La fecha del 11 de marzo es dolorosa para españoles y japoneses. La profesora Montserrat Sanz Yagüe, segoviana afincada en Kobe, lo señalaba ayer en las páginas de EL ADELANTADO en uno de sus habituales artículos de la sección ‘Segovia desde fuera’: “… un extraño y triste hermanamiento tiene lugar entre Japón y España en marzo. Ambos países tienen su 11-M. El de 2004, el de Madrid, provocado por la sinrazón jihadista. El de 2011, el de Japón, que ese día sufría un terremoto, tsunami y desastre nuclear sin precedentes…”
Seis jóvenes japoneses, tres mujeres y tres varones, procedentes de las universidades de Kobe y Kinki, participaron ayer al mediodía en una ceremonia sencilla pero cargada de significados: la plantación de un cerezo, un sakura, venerado en Japón por su belleza y su simbología de lo efímero, y también, de alguna manera, la conmemoración del cuarto aniversario del terrible tsunami.
El lugar elegido fue el Jardín de los Poetas, en la Muralla norte que rodea la ciudad, próximo a la Puerta de Santiago y con excelentes vistas al Parral y al valle del Eresma.
Shoka Fukui, Kou Matsuura, Misaki Inagaki, Saori Shimada, Masashi Kimura y Kenta Sugawara son los nombres de estos seis jóvenes que desde el pasado mes de febrero realizan la XII edición del Curso de Español del programa de Turismo Idiomático de Segovia, que el Ayuntamiento desarrolla desde 2009 en colaboración con la UNED para estudiantes de diferentes instituciones académicas de Japón.
Fukui, que precisamente es alumna de Montserrat Sanz en Kobe y entiende y habla con cierta soltura el español, se prestó a ser entrevistada por los medios de comunicación locales, en representación de todo el grupo, y confirmó que el 11 de marzo es una fecha señalada para todos los japoneses. “Muchos de mis amigos murieron en el tsunami y por eso es un motivo de recuerdo muy importante”, explicaba, mostrándose de acuerdo con recordarles también con ese sakura, el cerezo que acababan de plantar en una ladera del jardín.
Informó de que sakura tiene muchos significados, una amplia simbología en Japón, pero ella se quedó con el de felicidad. También admitió que la floración de estos frutales es todo un acontecimiento en su país, es el momento en el que familiares y amigos se reúnen en los parques con cerezos bajo la sombra de los mismos y, a modo de merienda, comparten alimentos y bebidas mientras celebran la aparición de las flores. De hecho, el curso académico de Japón empieza justo después del final de esta celebración, en abril.
La joven Shoka Fukui contó que le han gustado mucho dos de los principales monumentos de la ciudad, el Acueducto y el Alcázar y, aunque ella conocía Segovia antes de viajar a la ciudad precisamente porque Montserrat Sanz es segoviana, admitió que en Japón “lo más famoso de España es el flamenco”.
Los jóvenes japoneses estuvieron acompañados, entre otros, por las concejalas de Medio Ambiente, Paloma Maroto,y de Patrimonio Histórico y Turismo, Claudia de Santos. Esta última recalcó la importancia del árbol en la cultura oriental, ya que su plantación por una persona liga a ésta de por vida al lugar donde se ha llevado a cabo. De hecho, Fukui prometió regresar a Segovia en unos años.
Desde 2013
Además del Jardín de los Poetas, otro jardín situado junto a la Muralla, el de Miguel Delibes, ha sido utilizado desde 2013 para la plantación de cerezos por grupos de japoneses. De hecho, en este último, situado junto al paseo del Obispo, hay un espacio que se ha denominado ‘Huerto y jardín de las palabras y los cerezos’ y que fue inaugurado en marzo de 2013 con la presencia de un representante de la Embajada de Japón en España. En esa ocasión se plantaron 25 cerezos o sakuras, aunque no todos han sobrevivido a los crudos inviernos segovianos.
De Santos comentó ayer que calcula que en la actualidad hay en torno a una quincena de estos cerezos repartidos en los dos jardines. Desde el año pasado se ha añadido una pequeña placa junto al árbol en donde se recoge, en español y en japonés, el nombre de quienes han protagonizado la plantación.
