La tradicional becerrada de la Asociación de Camareros de Segovia y Provincia ofreció un gran ambiente en los tendidos pese a la amenaza contínua de lluvia que en ciertos momentos cayó levemente sobre en inmueble taurino. La plaza registró media entrada. Presidió Luis María de Jesús Villegas. Despeje de plaza a cargo de la guapa amazona Marta de Mingo. Fue director de lidia el matador de toros Victor Barrio.
Se lidiaron cuatro añojos de «Peñatella» de buen juego, destacando el primero un dechado de bravura. El segundo ovacionado en el arrastre.
EUSEBIO FERNANDEZ «NIÑO DE SEPÚLVEDA» El de Sepúlveda que anda metido de lleno en su aventura torera, mostró sus reconocidas dotes aportando maneras ortodoxas con interpretación variada con muletazos plenos de temple y armónica ejecución. Imprimió carácter y solvencia que se acusa mayormente a mitad de faena. Hubo un determinado momento en el muletazo que fluía lempia y bellamente adornado con largo pectoral como cierre de tanda. Pinchazo, estocada y dos orejas.
El jóven Eusebio tiene un don especial para el toreo, pero juzgo su labor en sentido positivo con un pero: espacio demasiado tiempo entre serie y serie y eso va en su detrimento porque el reloj corre y como marca el reglamento disponde de diez minutos para su faena muleteril. Es fácil de corregir y como avanza en sus argumentos toreros, es de esperar que logre subir peldaños, cuestión de tiempo y preparación adecuada. Las credenciales las posee «Niño de Sepúlveda».
LUIS MARTIN «EL PITA» Fundamenta su labor torera arropado por el pláceme del público y echando mucho, pero que mucho valor al asunto. Se abrió de capa para cuajar una verónica, tres chicuelinas y revolera entre olés. Excelente par al «violín» de «J.J.» con réplica del propio matador.
De hinojos comienza su toreo de muleta y luego por alto dos pases y desplante de rodillas. Varió la fanea con pases de diferente signo y calidad, siempre con el favor popular. Muy valiente retorna al toreo en redondo realizado de rodillas. Por alto se luce en unos estatuarios que gustan y se aplauden. Hasta hubo momentos de buen temple en los mismos. Mató al becerro «Niño de Sepúlveda» logrando las dos orejas el titular de la faena.
FELIX ARÉVALO «EL NIÑO DE SEGOVIA». Alumno aventajado de la escuela taurina de Morazarzal. Dos buenas verónicas a resaltar. Inicia con un pase por alto y contínua con muletazos en redondo con visos de clase y calidad torera. Muy aplaudido al cerrar las series con el correspondiente pase de pecho, cumplió una fanea adornada con estética y cierta personalidad.A mí, personalmente, me convenció más cuando toreó en la corta distancia favoreciendo la embestida del añojo, que de esa forma obtenía mayor recorrido dejando que la mano diestra rompiera en la cadera, dando mayor lustre al muletazo. Estocada y dos orejas.
JUAN ALBERTO MARTÍNEZ “JUAN ALBERTO» Quiso ser torero, lo dejó y ha vuelto a la sana intención de meterse de nuevo en la difícil pero hermosa aventura. De momento lidió su primer becerro en la popular becerrada de los camareros segovianos, quedando pues escrita la efeméride. Y para comienzo, saludó a su primer antagonista con dos magníficos lances y media verónica. Quite jaleado de «El Tigre» y réplica de Juan Alberto por tafalleras.
Doblones eficaces figura genuflesa. Buenas maneras, buenos modos y una intención loable por querer gustar y gustarse. Lo consiguió mediante un toreo fundamental sin salirse de los esquemas. Lentos fluyeron dos naturales que tuvieron entidad propia.
Bueno el toreo en redondo salpicado por un par de desarmes. Después finalizando su labor con la flámula, algunos pases bien hilvanados. Buena faena que le puede servir de estímulo cara al futuro. Dos orejas.
