El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, llamó ayer a la apertura de canales de comunicación entre Turquía y Rusia para evitar incidentes como el derribo de un avión ruso por cazas turcos en la frontera con Siria la semana pasada. El presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, no se reunieron finalmente durante la Cumbre del Clima en París, encuentro que el mandatario turco había calificado como una oportunidad de enmendar las deterioradas relaciones entre los dos países. “Nuestro llamamiento a Rusia es a abrir canales de comunicación militares para evitar que ocurran de nuevo incidentes similares. Mantengamos los canales diplomáticos abiertos”, subrayó Davutoglu. “Debemos sentarnos y hablar en la mesa en lugar de hacer denuncias infundadas”, añadió el primer ministro.
Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pidió a Turquía que rebaje las tensiones con Rusia al tiempo que destacó el apoyo de Estados Unidos a su aliado en la OTAN. Obama sí aceptó reunirse con Erdogan en París, tras lo que afirmó que “Estados Unidos apoya el derecho de Turquía a defender el país y su espacio aéreo. Hemos hablado sobre como Turquía y Rusia pueden trabajar juntos para rebajar las tensiones y encontrar una forma diplomática de solucionar este asunto”, manifestó. También subrayó a Erdogan que Daesh es el enemigo común y que es un imperativo centrarse en él.
Sin embargo, lejos de calmar las aguas, Rusia decidió ayer aprobar un paquete de medidas con carácter sancionador contra Turquía. En concreto, impuso la prohibición de la importación de toda una serie de productos agrícolas procedentes de Turquía a partir de enero de 2016. Las sanciones también incluyen la prohibición de vuelos chárter desde y hacia Turquía a partir de diciembre, con la excepción de los aviones con turistas rusos que están regresando de este país. Además de medidas para garantizar la seguridad en los vuelos.
