El artista manchego, residente en Segovia desde hace cincoaños Francisco Guerra, expone hasta el próximo 19 de marzo una pequeña parte de su obra con acuarelas en la Casa Joven de Segovia con el nombre de ‘Bajos Horizontes’.
Francisco Guerra, natural de Belmonte (Cuenca) comenzó en la pintura como cualquier niño, pero el destacaba, por lo que decidió continuar pintando, aprendiendo diferentes técnicas y mejorando poco a poco. A la edad de trece años empezó a estudiar pintura de forma autodidacta y con tan sólo 18 años expuso por primera vez su obra. Gracias a esta exposición, en la que reunió una serie de dibujos de grafito y carboncillo hiperrealista que había realizado durante toda su adolescencia, “comenzó a conocérseme por la zona lo que me animó muchísimo, personalmente fue algo inolvidable”, comenta.
Al inicio de su carrera, Francisco utilizaba la técnica de acrílico para crear sus obras pero al asistir a diferentes concursos de pintura rápida conoció la acuarela y empezó a interesarse por aprender esta nueva técnica, que en la actualidad se ha convertido en su principal forma de creación, aunque, según comenta, sigue utilizando diversas fórmulas para realizar sus obras ya que, le gusta investigar y conocer diferentes formas de creación.
Francisco también ha participado en la anterior edición del Proyecto Galerías, siendo uno de los 25 artistas seleccionados para intervenir en una de las celdas de la Cárcel de Segovia. En su obra, representó una ilusión óptica para la que utilizó acrílico. Ilustró sobre el suelo de la celda la imagen de una ciudad que se podía ver a través de un cristal que estaba agrietado, intentando representar el sueño de libertad que tiene una persona presa.
Además de todo esto, este artista ha colaborado de forma desinteresada, ilustrando el libro ‘La Princesa del Castillo de Chocolate’, cuento editado por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) y cuyos beneficios van destinados para esta asociación.
Con tan sólo 33 años, Francisco Guerra ha logrado un gran reconocimiento como pintor obteniendo diferentes premios por toda España, además de poder encontrar su obra repartida por países como República Checa, Perú o Alemania.
Francisco asegura que ‘a pesar de que pueda parecer egoísta, me faltan muchos más pero siento mucha satisfacción con el trabajo que he realizado’.
Este artista reconoce que en la actualidad es muy difícil lograr vivir exclusivamente de las obras que uno vende y afirma que el nunca ha querido que su vida dependa exclusivamente de la pintura. ‘Tengo mis inquietudes pictóricas y luego mis inquietudes profesionales’ afirma. Por este motivo, Francisco ha logrado compaginar a la perfección su pasión por la pintura con su profesión como restaurador de obras de arte.
Para poder triunfar en el mundo del arte está claro que ‘la suerte es necesaria pero sólo una parte, lo demás es constancia, trabajo y decepciones. Lo que tienes es que seguir adelante para lograr que se te empiece a conocer poco a poco’ asegura Francisco.
El artista dice que no puede elegir una obra como su favorita y que en la actualidad trabaja para encontrar y llegar a esa obra que será un punto de inflexión en su carrera.