Isabel Allende regresó con su novela ‘El amante japonés’ (Plaza & Janés) con una historia de amor en la vejez que esconde una crítica a la actual sociedad, “orientada a la juventud, la belleza y el éxito y, quien no entra ahí, está desplazado”. En una rueda de prensa para presentar su último trabajo, Allende defendió la pasión a cualquier edad, algo que intentó reflejar en su novela. “El amor pasión es algo que uno siente siempre, es apasionado, obsesivo, compulsivo… de hecho, ahora la gente más cautelosa es la joven, que no está tan dispuesta a asumir riesgos”, señaló.
La autora chilena lamentó que en la actualidad no haya “respeto” por la edad mayor, aunque entendería que la situación está cambiando en los últimos años. “No se ve a las personas mayores como productivas en una sociedad en la que hay que ser productivo. Pero la verdad es que se habla de sus satisfacciones personales cada vez más, como por ejemplo que no tengan que fingir nada”, aseveró.
‘El amante japonés’ se centra en Alma, quien cambia totalmente sus hábitos vitales una vez instalada en Lark House, una casa donde varias personas mayores acuden a compartir la última etapa de su vida. Repasando sus recuerdos, la protagonista recuperará el amor de juventud con el jardinero japonés Ichimei y viajará a través de él por diversos escenarios, desde la Polonia de la Segunda Guerra Mundial hasta el San Francisco actual.
Allende explicó en este sentido que la idea original de esta obra le surgió a raíz de una conversación con una amiga. “El jardinero es japonés por esta conversación, pero yo nunca he tenido un amante japonés. Si ella me hubiera hablado de alguien de Nairobi, pues seguramente habría sido de allí, no tengo fijación”, bromeó.
La autora, recién divorciada, reconoció que ‘El amante japonés’ también proviene de “un año especial en su vida”. “Había superado los 70 años, se terminaba mi matrimonio y me faltaba el amor. Pero si yo a esa edad tenía tanta necesidad de amor y ganas de estar enamorada, ¿por qué no iba a ser común al resto de la gente?”, cuestionó.
La casa de la novela, Lark House, también estaría inspirada en un sitio real de San Francisco, en la bahía, una residencia que “es famosa y siempre ha atraído a intelectuales, hippies y donde todos son demócratas y salen a protestar todos los viernes”. Además, el cambio de vida de Alma tiene mucho que ver con lo vivido por Allende.
