La Sociedad Micológica de Segovia, siempre dispuesta a divulgar esta ciencia entre los segovianos, atendía de forma gratuita en el Centro Cultural de San José, los domingos de 5 a 7, a aquellos que quisieran resolver alguna duda. En vista del escaso movimiento, sus miembros decidieron que el pasado domingo sería el último, dando así por cerrada la temporada de otoño. “La campaña ha sido bastante mala”, resume el presidente de la Sociedad Micológica de Segovia, Ramón Sáiz, quien relata, a modo de ejemplo, una situación que refleja lo acontecido. “Fuimos a un taller de conservación de níscalos, en Cantalejo, y como apenas se habían recogido en el pinar, hubo que comprarlos en una tienda”, señala, todavía sorprendido por ese episodio.
Guste o no, lo cierto es que en los últimos meses ha llovido poco, muy poco, y ese hecho ha influido sobremanera en el mal resultado de la campaña de otoño. Aunque la Sociedad Micológica de Segovia logró reunir 145 especies diferentes en su habitual exposición del día de San Frutos (25 de octubre), quienes salían al campo con intención de recolectar boletus edulis, níscalos o setas de cardo han regresado a sus casas con las cestas prácticamente vacías.
“Boletus ha habido algo; níscalos, casi nada; y setas de cargo, pocas”, sintetiza Sáez, que ya no espera un repunte. “Si lloviera algo, podrían salir todavía, pero me imagino que las heladas lo impedirán”, sostiene.
El panorama presentado por el presidente de la Sociedad Micológica de Segovia coincide con el expuesto por un veterano recolector de Navafría, una de las capitales segovianas del boletus edulis. “¿La campaña? Fatal. El terreno estaba muy seco y apenas han salido”, lamenta este serrano, cuya identidad prefiere no desvelar. “Algunos —añade— han cogido uno ó dos kilos; pero lo normal ha sido volver del pinar con ejemplares contados”.
La divulgación, boca a boca, de que este año escaseaban las setas en la provincia, ha derivado en un descenso del número de licencias concedidas. Si en la temporada pasada (2014-2015) se tramitaron cerca de 9.000, en la actual (2015-2016) ha cifra ha descendido hasta las 7.500, según revela el diputado provincial del Servicio de Promoción Económica, Jaime Pérez Esteban. Cerca del 50% de las licencias expedidas eran para recolectores locales, para consumo propio. Paradójicamente, tal reducción de licencias ha coincidido con un año en el que ha aumentado la superficie provincial regulada, con la adhesión de cuatro municipios (Aldeanueva de la Serrezuela, Navares de Enmedio, Navares de las Cuevas y Santa María la Real de Nieva).
A modo de anécdota, Pérez Esteban saca a relucir el caso de Chañe, en cuyo término municipal sí llovió cuando debía, regalando después a sus vecinos una campaña envidiada por todos los pueblos del entorno.
Cerrando ya el capítulo de la campaña de otoño, Pérez Esteban anunció que la Junta está preparando un nuevo reglamento de recogida de setas, cuya finalidad no es otra que incrementar el control sobre este importante recurso forestal, escasísimo en 2015.
