La Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) no ve con buenos ojos el recrecimiento del embalse de Puente Alta —también denominado de Revenga—, un proyecto impulsado en 2009 por el Ayuntamiento de Segovia, cuyo anterior alcalde, Pedro Arahuetes, lo defendió de forma vehemente hasta conseguir el apoyo del Estado, que fue quien tomó el relevo del municipio en la larga tramitación de la infraestructura.
Después de que una sociedad estatal adjudicara en 2012 a ‘Ingeniería Idom Internacional S.A.’ el concurso para la redacción del “Anteproyecto del recrecimiento de la presa de Puente Alta”, técnicos de dicha empresa procedieron a realizar el trabajo, en cuyas conclusiones se señala que la ampliación de la presa no solucionará por sí sola los problemas de abastecimiento de agua de Segovia y su alfoz. Por lo que respecta al presupuesto de la obra, Idom estima que superaría los 63 millones de euros, duplicando así la cifra inicialmente prevista por el Ayuntamiento.
Desde hace ya un tiempo, CHD y Ayuntamiento de Segovia mantienen posturas enfrentadas con respecto a la ampliación de Puente Alta. Si hace un año el anterior presidente de la CHD, José Valín, calificó el coste de recrecer Revenga como “tremendo”, el pasado invierno la alcaldesa de Segovia, Clara Luquero, consideró el proyecto “fundamental” para Segovia, subrayando que no se podía considerar alta la inversión cuando “de lo que se trata es una prioridad: obtener agua de calidad para los vecinos de Segovia”.
A fecha de hoy, las discrepancias continúan. El jefe de Planificación Hidrológica de la CHD, Ángel González, ha asegurado que su departamento considera “poco razonable” ampliar Puente Alta. “Con los tiempos que corren —declaró—, cargar al usuario un coste de ese calibre me parece muy fuerte”.
González defiende que, desde el punto de vista técnico, recrecer Revenga “no es una buena solución” para garantizar el abastecimiento a Segovia, pues el aumento de la capacidad del embalse sería “escaso” y, al tiempo, la obra resultaría “muy cara”. “¿Cómo vamos a obligar a los usuarios a que paguen casi 30 millones de euros por cada hectómetro cúbico de más que se almacene?”, se pregunta González. Aunque reconoce que ahora es el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente quien debe mover ficha, señala que “si yo tuviera que tomar la decisión, lo tendría claro”.
El jefe de Planificación Hidrológica de la CHD subraya la conveniencia de que, antes de proceder a la regulación integral del río Eresma, ese organismo debe tener encima de la mesa todas las alternativas posibles.
En el estado actual de la cuestión, González se posiciona a favor de un embalse en el Ciguiñuela. “En principio, no es una solución que repugne mucho a la inteligencia; parece razonable”, sostiene, estimando que la suma del agua de los embalses de Puente Alta, el Pontón y Ciguiñuela “garantizaría el abastecimiento a Segovia”.
En cualquier caso, antes de manifestarse de forma más taxativa, González prefiere esperar a saber si el proyecto del Ciguiñuela es viable o no desde el punto de vista ambiental. “Si la declaración de impacto ambiental del Ciguiñuela fuera negativa, a lo mejor se debería retomar el proyecto de Puente Alta, aunque fuera muy caro”, dice. En caso de resultar positiva, deja entrever que habría que centrarse en el Ciguiñuela y abandonar definitivamente la idea de recrecer Puente Alta, justificando esa decisión en que “no se puede asfixiar al usuario”, pues proseguir con la idea de ampliar el embalse de Revenga “llevaría a hipotecar al Ministerio y a los consumidores”.
El panorama, previsiblemente, se despejará a final de este año, cuando la Dirección General de Calidad y Evalución Ambiental diga su última palabra sobre el Ciguiñuela. Dependiendo del resultado, la ampliación de Puente Alta se acelerará o… caerá en el olvido.
