Para el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC) resulta inadmisible que aún haya desigual trato para los enfermos de las distintas comunidades autónomas y se rebela contra las barreras geográficas y políticas que impiden una cura o una mejor calidad a quien lo necesitan. Se trata de la ‘lotería del código postal’ a la que los enfermos oncológicos no quieren jugar.
El cruel juego consiste en que “te vas a salvar o te va a dar mejor tratamiento dependiendo de donde residas o del hospital que te haya correspondido; el lugar es discriminatorio”, según explica Begoña Barragán, presidenta del GEPAC, una plataforma que agrupa a 65 organizaciones de pacientes.
Begoña Barragán participó en el Seminario Curar y Cuidar en Oncología titulado ‘Nuevos modelos de aproximación al cáncer ante la llegada de los tratamientos inmunoterápicos’, que el pasado viernes reunió a periodistas, oncólogos y pacientes en el Parador de Segovia.
En su intervención en el encuentro sanitario, Begoña Barragán se mostró esperanzada ante las últimas aportaciones científicas. “El camino de la inmunoterapia es prometedor para los pacientes que padecemos cáncer. Actualmente estamos llegando a unos niveles de investigación impensables hace unos años que nos aportan un futuro esperanzador. (…)Al fin y al cabo, lo que queremos los pacientes es que se nos trate mejor, que las respuestas a la enfermedad sean mejores, que haya menos toxicidades y que tengamos mejor calidad de vida”.
Sin embargo, “no todos los pacientes tienen acceso a estos tratamientos y —añadió— se debe trabajar para garantizar el acceso a este tipo de innovaciones centrándonos principalmente en el beneficio que suponen estas terapias para los pacientes y así, evitar las inequidades”.
En declaraciones a este periódico, la portavoz del GEPAC indicó que aunque los profesionales sanitarios y las administraciones reconocen “el problema generalizado” de las diferencias de acceso a los tratamientos “no se hace nada para cambiar la situación y a nosotros nos preocupa que nos estemos acostumbrando a que esta situación sea la normal, cuando hay leyes que dicen que no, que cuando un fármaco está aprobado y con precio debe estar disponible en todos los hospitales a criterio facultativo”. “No hay ningún argumento para discriminar—sostienen con contundencia Begoña Barragán — y que a un señor de un pueblo de Jaén le traten de forma diferente que a uno de Madrid”.
Según la información que maneja el GEPAC, hay comunidades autónomas que no respetan las leyes ni las indicaciones de las agencias del medicamento, sumando un nuevo obstáculo a la cadena de dificultades para acceder a las tratamientos innovadores que sufren los pacientes. Begoña Barragán asegura que desde que un fármaco es aprobado por la Agencia Europea del Medicamento hasta que llega a España “hay un retraso muy grande”, al que se añaden después las barreras de la comunidades autónomas y las barreras de las comisiones de farmacia hospitalaria, según expuso a esta redacción Begoña Barragán recordando que en estos casos el tiempo de demora corre en contra de los enfermos.
