El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró ayer, en la víspera del 37 aniversario de la Constitución, que no se cierra a una reforma de la Carta Magna, pero recalcó que ésta debe hacerse “con un consenso como el que consiguió en su momento” el expresidente Adolfo Suárez. Además, recalcó que ante los “grandes retos nacionales” debe haber una “gran mayoría” que “vaya junta”.
Así se pronunció en un acto en la Plaza Adolfo Suárez de Ávila, en apoyo del cabeza de lista del Partido Popular por Ávila y vicesecretario de Comunicación de la formación, Pablo Casado, y en el que participó también el hijo del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez Illana.
En su discurso, Rajoy reivincidó el legado de Suárez. “Tu padre era un hombre de Estado y un patriota. A algunos no les gusta la palabra patriota pero era realmente un patriota que supo conciliar sus convicciones, que en política hay que tenerlas y defenderlas, con la tolerancia y el diálogo con los demás”, enfatizó.
En este punto, resaltó que Suárez les dejó como legado el “espíritu de la Transición” y la Constitución, la norma que permitió el progreso de España en estos casi 40 años. Y aprovechó para reivindicar una forma de hacer política basada en las convicciones pero “con moderación, tolerancia y diálogo”.
A un día de que se celebre en el Congreso el aniversario de la Constitución del 78, el presidente del Gobierno afirmó que la Carta Magna “se puede cambiar y se puede adaptar” y, de hecho, recordó que ya lo hicieron un par de veces durante estos últimos años. Eso sí, insistió en que hay que “saber muy bien qué es lo que se va a hacer” y, “desde luego hacerlo con un consenso como el que consiguió Adolfo Suárez en su momento”.
Según argumentó, todo lo que se refiera la Constitución, la soberanía nacional, la lucha contra el terrorismo, las políticas de defensa y la política exterior deben ser producto de “grandes acuerdos” entre todas las fuerzas política. “Hay temas muy importantes que deben unir a toda la nación y a partir de ahí llega el debate sano, democrático y político”, apostilló.
En el primer día de campaña, Rajoy señaló que planteará a los españoles cuatro grandes objetivos: luchar contra el desempleo, mantener los servicios básicos y el Estado del Bienestar, defender la unidad de España y la soberanía nacional —que “no se tocan ni se negocian”— y luchar unidos contra el terrorismo.
El hijo del expresidente Suárez abrió su intervención asegurando que se trata de una campaña electoral “importante” en la que, en el caso de Ávila, compiten sus “amigos” populares Pablo Casado y José Ramón García-Hernández.
“Estoy orgulloso de poder pedir el voto en Ávila para mis amigos del PP”, —valoró—. “Gracias a Rajoy, con sus aciertos y errores, tenemos una esperanza muy distinta a la de hace cuatro años”.
