Con patrullas de la Policía Municipal en los alrededores del instituto Margarita Salas, con expectación mediática y con crespones a la entrada del centro en recuerdo de Cristina, los estudiantes se han mostrado sorprendidos porque un caso así haya ocurrido en un pueblo pequeño.
El hermano de un compañero de clase de la joven muerta ha afirmado en declaraciones a los periodistas a las puertas del instituto que a los amigos de Cristina les ha afectado el crimen y se sienten «incómodos y tímidos» con todo lo que ha pasado.
Un estudiante del instituto ha asegurado que el centro «no es el mismo de siempre, es raro», y ha lamentado que Cristina antes de morir «no tenía tantos amigos» y ahora «todos la recuerdan»: «Es lo que más rabia da», añade.
Otra joven ha asegurado que «todo el instituto está llorando, sobre todo las amigas de Cristina», al igual que las amistades de las supuesta agresora, quienes, según ha dicho esta estudiante, están siendo insultadas por algunos compañeros.
Los estudiantes han guardado un minuto de silencio hoy a las 12 horas en recuerdo de Cristina, que fue enterrada ayer en Seseña, en medio de la conmoción del pueblo.
La detenida por la muerte de la joven ha sido trasladada a un centro de internamiento por orden del juez de menores de Toledo y después de que el fiscal así lo pidiera tras tomar declaración a la detenida y dada «la gravedad de los hechos», que podrían ser calificados de homicidio u asesinato.
Más toleracia a la violencia. A pesar de haber más educación contra la violencia y el maltrato, la sociedad es hoy más tolerante con las demostraciones violentas, han dicho a Efe diversas psicólogas infantiles, que han destacado que el caso de la menor detenida en Seseña (Toledo) por asesinar presuntamente a otra no es un hecho nuevo.
Aunque parezca una contradicción, «ahora hay menos control externo de lo que son los modales, los insultos, las costumbres» y, sin embargo, «estamos más educados para la no violencia que hace cuarenta años», ha afirmado la psicóloga infantil Victoria Nogueral.
«Antes había la misma violencia pero no era tan evidente», ha señalado la también psicóloga infantil y miembro de la Cínica Médico Forense de Madrid, Blanca Vázquez, quien ha comentado que las peleas en la puertas del colegio fueron y siguen siendo toleradas socialmente.
Las niñas se podían odiar a muerte hace años pero no quedaban para pegarse, «ahora sí y en esas circunstancias se puede dar una complicación», ha asegurado Nogueral.
Para esta psicóloga sucesos como los de Seseña se han dado en la historia y pueden definirse como «casos extremos de violencia» en los que detrás hay también un trastorno de personalidad o disociativo que explica de alguna manera un crimen.