Los rebeldes yemeníes se hicieron con el control de la ciudad de Al Hazm, capital de la provincia de Al Jawf, situada cerca de la frontera con Arabia Saudí, según informaron ayer residentes locales. “Las fuerzas huthis y leales al expresidente (Alí Abdulá Salé) se propagaron por la ciudad y alrededor de los edificios públicos”, explicó una fuente de las tribus locales de Al Hazm en declaraciones telefónicas a Reuters. La conquista de la ciudad tuvo lugar a pesar de los bombardeos de la coalición internacional liderada precisamente por Arabia Saudí, convencida de que detrás de la rebelión huthi se encontraría Irán, la potencia regional rival.
Por otra parte, en la provincia de Dhalea (sur), las milicias aseguraron que hicieron retroceder a los huthis tras expulsarles de la capital de la provincia el mes pasado. Al menos 15 combatientes huthis habrían muerto y 70 más fueron capturados en los dos últimos días, según estas fuentes.
Dominios
Los huthis controlarían ya gran parte del norte, centro y sur del país, incluida la capital, Saná, y ahora extenderían su dominio sobre el centro y este del país de Pakistán. Especial importancia estratégica tendría el control de las regiones fronterizas con Arabia Saudí, que lidera la ofensiva de los países árabes contra los huthis lanzada el pasado 26 de marzo, tras el intento de los insurgentes de hacerse con la principal ciudad del sur del país, Adén.
Desde el inicio de los bombardeos, la situación habría quedado equilibrado, e incluso las fuerzas leales al presidente Abdo Rabbu Mansur Hadi, habrían logrado ciertos avances.
Por otro lado, representantes del Gobierno yemení y de los rebeldes huthis anunciaron el pasado sábado que iniciarían en la ciudad suiza de Ginebra conversaciones separadas con el enviado especial de Naciones Unidas, Ismail Ould Cheikh Ahmed en un intento poco esperanzador de devolver la paz a Yemen habida cuenta de la reticencia de ambas partes a variar un solo ápice sus convicciones.
En este sentido, ni siquiera se espera que ambas partes compartan mesa de negociación. El enviado se reunirá por separado con las partes yemeníes enfrentadas con la esperanza de que Gobierno y rebeldes “acaben sentándose al final a la misma mesa”.
