El ajetreo de turistas, el ir y venir de grupos de gente con sus cámaras… es algo muy común en el día a día segoviano. Paseando por las calles de la ciudad, resulta habitual encontrarse con visitantes procedentes de todas las nacionalidades, fotografiando cada uno de los bonitos rincones de la ciudad. Pero ¿y si alguien tuviera la ilusión de visitar Segovia pero no pudiera disfrutarla con todos sus sentidos?
La Asociación +Ideas trabaja en el sector del ocio y la intervención social y el pasado fin de semana organizó una visita turística a la ciudad de Segovia, preparada para un colectivo de personas con discapacidad visual, que fueron ayudadas y guiadas en todo momento por los trabajadores de la asociación madrileña: Daniel, Verónica , Esther y Aida.
Para la organización de esta visita estaba preparada para treinta personas. El secretario de la asociación, Daniel Moreno, explicó que hay que realizar una visita de reconocimiento antes de la excursión propiamente dicha. Las personas con discapacidad visual no pueden acudir a una excursión ordinaria, como la que realiza cualquier otro grupo. Por eso la asociación se desplazó con anterioridad hasta Segovia para hablar con el guía que se encargó del colectivo, para hacer un recorrido por la ciudad y concretar los posibles problemas que podrían surgir a la hora de hacer el trayecto. De esta forma, se evitaron las rutas con demasiados escalones o pendientes irregulares, los miradores a visitar se redujeron y todas las actividades adicionales fueron preparadas exclusivamente para este colectivo.
El sábado por la mañana lo dedicaron a realizar una visita turística por las zonas más representativas de la ciudad, procurando suprimir los recorridos más visuales, como los miradores y haciendo especial hincapié en agudizar el resto de los sentidos, como tocar las piedras del Acueducto o sentir el eco de las voces en los grandes salones del Alcázar. Para los que tenían una discapacidad reducida, terminaron la jornada matinal en el mirador de la Calle Real desde el cual se puede observar la ciudad y la Mujer Muerta al fondo.
Por la tarde tuvieron la oportunidad de conocer la fábrica de whisky DYC, visita que también estuvo adaptada a otros tipos de sensibilidad. El olor de las destilaciones, la cata al final del recorrido y la sensación de frío en las bodegas fueron las principales atracciones.
Ese mismo día por la noche disfrutaron de un tuppersex en Venta Magullo, lugar donde se alojaban. Fue una actividad menos adaptada, ya que todo era palpable.
Finalmente, el domingo participaron en una matanza y posterior comilona, también en Venta Magullo. Durante la actividad, les dejaron abrir al cerdo, meter la mano dentro y por supuesto disfrutar de la gran parrillada que tuvo lugar después para coger fuerzas.
Este es un claro ejemplo de que Segovia es una maravillosa ciudad y que no sólo se disfruta viéndola, sino que para llegar a conocerla es preciso poner todos los sentidos.
