El Martes de Carnaval era tradicionalmente el tercer y último día de la fiesta, antes del inicio de la Cuaresma que comienza hoy, Miércoles de Ceniza. Por eso solía ser el día grande por excelencia, y los ciudadanos se lanzaban a la calle con espíritu transgresor, dispuesto a la diversión, antes de vivir cuarenta días y cuarenta noches entre prohibiciones y penitencias. Eran otros tiempos pero ayer también pudo verse en las calles de Segovia algún disfraz irreverente y ganas de pasarlo bien a pesar de lo gélido de la noche segoviana.
El Gran Desfile del Carnaval desembocó en la Plaza Mayor a ritmo de charangas y allí esperaban los expertos voluntarios de la Asociación de Cocineros de Segovia con un Potaje Carnavalero reparador, bien calentito, y además con un objetivo solidario. A euro por ración, fueron centenares los segovianos que entraron en calor con este guiso. La recaudación se destinará a la delegación en Segovia de la Asociación Española contra el Cáncer.
Poco después comenzó el baile de carnaval en esta ocasión a cargo de la orquesta Clamores.
Para hoy, Miércoles de Ceniza, el programa oficial prevé, como es tradición, un solemne Entierro de la Sardina, con un cortejo funerario que partirá a las siete de la tarde de la Calle Real, a la altura de la plaza de San Martín para acompañar a la finada, o finadas, que cada comparsa tiene su pescado, hasta la Plaza Mayor, donde será incinerada en la hoguera. La Escuela de Dulzaina hará sonar sus lúgubres chirimías durante el trayecto. A continuación, los versos del Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita, se escucharán con la representación del Combate de Don Carnal y Doña Cuaresma, con el Taller Municipal de Teatro y el grupo Os Batucones.
