La primera de las dos novilladas sin picadores de Aguilafuente deparó una interesante tarde taurina por aportación de los buenos erales de Luis Antonio Rodríguez “Taru” y la clase torera del mexicano Gerardo Martínez y el valor y las hechuras de la almeriense Cristina Hernández.
La plaza de toros inaugurada en 1982 mantiene su estructura algo deteriorada pero aún válida para llevar a cabo toda clase de espectáculos taurinos. Se llenó un año más con gente amable y gran afluencia de juventud alegre y divertida que dieron el punto colorista al festejo. Un cortejo formado por la reina de las fiestas y damas de honor acompañadas por una corte de quintos del 14, recorrieron el redonden entre aplausos.
Presidió el alcalde de la villa Jesús Ballesteros y junto a él en el balconcillo presidencial las guapas y gentiles representantes de Aguilafuente en fiestas.
Los novillos
De la ganadería de Luis Antonio Rodríguez “Taru”, erales de correcta presentación y que en conjunto ofrecieron buen juego. Buenos primero, segundo y cuarto, con especial referencia al segundo que mereció los honores de la vuelta al ruedo en el arrastre. El tercero difícil sobre todo para una incipiente joven torero.
Los novilleros
La almeriense Cristina Hernández de azul marino y oro, salió dispuesta a ofrecer un interesante repertorio de toreo tanto con el percal como con la franela, lo cual pudo llevar a cabo con el novillo que abría plaza al que saludó con gracia y estilo a la verónica entre olés.
Toreo de valor y cierta clase torera al instrumentar muletazos en redondo dando sitio al burel y abrochando con largos pectorales. Repitió las series por el mismo pitón con solvencia y un punto de feminidad que gustó a la concurrencia. Molinetes y dos por alto con valeroso desplante. Pinchazo y estocada baja. Oreja.
Ante el incierto segundo novillo de su lote, lances con más voluntad que lucimiento. Comienza la faena de muleta con pases por alto algo recelosa ante las irregulares embestidas del morlaco. Tal cual muletazo, alguno con compostura torera y en fases determinadas precaución y dudas. Regular por tanto resultó la labor de la almeriense que apuntó cualidades que deben depurarse en el futuro. Mejoró mucho al final de faena con dos estupendos naturales plenos de cadencia y ritmo. Estocada delantera para palmas.
El mexicano Gerardo Martínez sorprendió y mucho y bien a la concurrencia mostrando unas dotes toreras muy cabales y de alto valor artístico. Vistió de rosa y oro.
Se lució a la verónica con el compás abierto y lanceando bien. Rehileteó con dos pares al “violín” y un tercero al quiebro. Doblones para pasar a torear con empaque en muletazos en redondo con correcta compostura y ligando de manera perfecta. Magnífico ese toreo en redondo ante un excelente novillo todo prontitud en la arrancada y nobleza en la embestida. Tiene este diestro muy buen gusto torero por serena aptitud ante la cara del astado y por la forma de colocarse e instrumentar el muletazo. Mano baja y parsimonia al adelantar el engaño y llevar toreado al novillo hasta rematar en la misma cadera. Técnica y arte torero. Al final de hinojos con molinetes y pases por alto y en pie giraldillas. Estocada tendida y tres golpes de verduguillo y dos merecidas orejas.
Aguilafuente mantiene su estatus taurino que manifiesta en la plaza de toros que sirve y vale para la celebración de festejos de variado concepto y siempre con el aforo completo de gente amable, correcta y divertida. En el balconcillo presidencial, donde la invitación generosa del mandatario municipal que corresponda, me permite asentar mis reales, representa un placer añadido al hecho de poder presenciar el festejo cómodo y distendido, cuestión que sería igualmente aceptada si ocupara un asiento en el tendido.
Pero significo esta cuestión particular porque además de compartir ubicación con Jesús Ballesteros, también lo fue con Manolo García que ejerció de asesor taurino, Fermín de los Reyes y esposa y algunas personas más de igual naturaleza.