A las 11 de la mañana, los timbres de alarma repartidos por las dependencias de la Escuela de Artes y Superior de Diseño de Segovia comenzaron a sonar ayer de forma ininterrumpida para advertir de un posible riesgo de incendio. Los cerca de 200 alumnos que asistían a clase salieron de forma ordenada de las aulas ubicadas en la Casa de los Picos para abandonar en poco más de tres minutos el inmueble tal y como establece el protocolo de seguridad del centro educativo. Mientras los alumnos abandonan el centro por la puerta principal, las furgonetas y furgones que apuran fuera de horario la carga y descarga sortean a los jóvenes en una escena que, no por menos repetida, sigue llamando la atención de propios y extraños por el riesgo que entraña.
La escena relatada en el párrafo anterior resume el simulacro contra incendios realizado ayer por el centro educativo en el marco del programa de seguridad que aconseja llevar a cabo una práctica similar de forma trimestral. El director de la Escuela de Artes, Alberto Albarrán, explica que el protocolo señala que estos simulacros se realizan en tres niveles: con el conocimiento de los profesores, de los alumnos y por sorpresa, de manera que se puedan ajustar los tiempos de respuesta a las exigencias de evacuación de un inmueble de estas características.
El director expresó su satisfacción por el resultado del simulacro, pero sin ocultar su preocupación por el hecho de que el centro está ubicado en el corazón del centro histórico, lo que puede suponer una dificultad a la hora del acceso de los servicios de emergencia en una posible eventualidad. Asimismo, señaló que la carga y descarga sigue siendo un problema importante para la accesibilidad, ya que el actual sistema «hace que haya grandes vehículos incluso hasta el mediodía».
Las recomendaciones de la Policía Local, que ha dotado de conos de señalización al centro para evitar que los vehículos estacionen cerca de la fachada, no parecen ser advertidas por los repartidores, que llegan incluso a retirar los conos y colocarlos sobre el poyete para no obstaculizar su paso. Albarrán expresó su confianza en que pueda llegarse a una solución que racionalice el paso de vehículos sin perjuicio del de los viandantes, muchos de ellos alumnos del centro.