El Ayuntamiento considera «imprescindible » un estudio geológico de la roca que sustenta la muralla en la zona sureste antes de decidir sobre una intervención de urgencia en una de las zonas de más difícil acceso a la fortificación, al contar con edificios adosados a ella que dificultan las obras.
Los técnicos municipales llevaron a cabo ayer una primera inspección de la zona ayudados por los bomberos en el tramo comprendido entre el Teatro Cervantes y el Postigo del Consuelo, que obligó a cortar parcialmente la Calle Real debido al empleo del vehículo autoescala de los bomberos, necesario para llegar a algunas de las zonas más ocultas de la muralla. La intervención tiene como objetivo realizar una primera evaluación del tramo de muralla, con especial incidencia en la roca que la sustenta, ya que en algunas zonas se han detectado problemas de meteorización que han provocado pequeños desprendimientos.
En este primer análisis, los técnicos han realizado una toma de datos que determinará la necesidad de llevar a cabo acciones de urgencia si se detectan problemas en la construcción, que pueden afectar a los edificios adosados. La concejala de Patrimonio Claudia de Santos expresó ayer su preocupación por conocer la estabilidad de la roca, y defendió la necesidad de realizar un estudio geológico «serio» para ello, aunque señaló que las complicaciones para el acceso pueden hacer que el estudio «vaya para largo».
De Santos mantiene que, pese a que «existe mucho desconocimiento de su estado real, se sabe que hay problemas de meteorización en la roca que sujeta la muralla porque, aunque en esa zona no está visible, recibimos información de los vecinos próximos, en cuyas casas hay pequeños patios al pie de la roca». En cuanto al estado general de la muralla, la concejala señala que es «irregular» ya que la zona sur se encuentra saneada, aunque con problemas en algunos torreones hacia el este, teniendo en cuenta que algunos se cayeron y se reconstruyeron en ladrillo.
