El grupo armado Península del Sinaí, la rama en Egipto de la formación yihadista Estado Islámico, volvió a reiterar ayer su autoría en el siniestro del avión comercial ruso en la península del Sinaí, afirmando que derribó la aeronave en la que viajaban 224 personas. A través de un mensaje de audio publicado en Twitter, el grupo indicó que el atentado fue llevado a cabo “en respuesta a los bombardeos rusos que matan a cientos de musulmanes en territorio sirio”.
“Decimos a los que niegan y a los que dudan: morid a causa de vuestra frustración. Nosotros, con la gracia de Dios, somos los que lo derribamos, y no estamos obligados a desvelar el mecanismo”, afirman en el mensaje. Id a los restos, buscad, traed vuestras cajas negras y analizad, dadnos el resumen de vuestra investigación y el producto de vuestra experiencia y demostrad que no lo derribamos o cómo se estrelló”, desafían.
Los forenses señalaron que los análisis de los cadáveres recuperados entre los restos del avión indicarían una explosión en pleno vuelo, tal como vinieron apuntando en los últimos días los investigadores . En cambio, un portavoz del Ministerio de Aviación Civil de Egipto descartó que existieranpruebas suficientes de que la aeronave se desintegrase en el aire.
La versión de la explosión ha sido motivo de debate desde que se produjo el siniestro, en la medida en que ha sido esgrimida como aval de un supuesto atentado.
Por su parte, las autoridades rusas informaron ayer asimismo que barajan la hipótesis de que un objeto del interior del avión provocara el siniestro. “Ahora mismo hay dos versiones en consideración: algo del interior o un fallo técnico. El avión no pudo simplemente partirse en el aire tuvo que ocurrir algo”, apuntaron, mientras que la inteligencia estadounidense apuntó a la detonación de una bomba colocada por Estado Islámico dentro de la aeronave como la posible causa.
El Airbus 321 de la aerolínea rusa Kogalimavia se desintegró en el aire tras despegar en el resort turístico de Sharm el Seij rumbo a San Petersburgo en una zona montañosa del Sinaí, donde operan numerosos grupos armados que desafían al Gobierno de Abdelfatá al Sisi y cuya actividad venía siendo seguida por EEUU.
Como medida de precaución varias aerolíneas —alemanas, francesas, británicas, irlandesas y emiratíes— han decidido rediseñar sus rutas para evitar sobrevolar la península del Sinaí hasta que se esclarezcan las causas.
