El cineasta Imanol Uribe presentó ayer en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián la película ‘Lejos del mar’, un filme en el que recurre de nuevo a ETA, a pesar de haber prometido hace unos años no pisar de nuevo este terreno, tal y como pudo recordarle algún periodista durante la rueda de prensa. “He vuelto a caer en la trampa”, ha reconocido el director de cintas como ‘Días contados’ o ‘La muerte de Mikel’, quien afirmó además tener la sensación de “haber cruzado un campo minado” para no equivocarse, consciente de que se trata de un asunto “complicado de abordar”.
Esta película, tal y como defendió, es una “incursión personal” protagonizada por Eduard Fernández y Elena Anaya. Él es un exmiembro de ETA que acaba de salir de la cárcel y que viaja al sur para visitar a un amigo en fase terminal de cáncer. En ese viaje conoce a Marina, con quien tuvo un encuentro terrible hace años que marcó la vida de ambos.
Según reconoció ante la prensa, cree que a pesar de las dificultades y de tratarse de un tema “doloroso”, que “pone a la gente nerviosa”, tal y como él mismo ha podido comprobar en alguna proyección, “merece la pena el esfuerzo” y espera que pueda contribuir a la reconciliación entre las víctimas y ETA. En este sentido, señaló que se trata de temas que tienen “mucha carga de profundidad” y que han provocado “mucho dolor en determinados niveles”, por lo que ha tenido cierta “prevención”, aunque considera que ha sido bueno lanzarse al vacío y sacarlos “a flote”. No obstante, entiende a quienes les cuesta indagar en esa “herida”.
Eso sí, Uribe recalcó que no pretende sentar “cátedra de nada” y que ha huido todo lo que ha podido de la política “con mayúsculas”, aunque hay un componente “obvio” y se profundiza en los daños que permanecen con el paso del tiempo.
Por otra parte, el cineasta J.A. Bayona estrenó también ayer en el festival donostiarra su cortometraje documental ‘9 días en Haití’, enmarcado en la campaña ‘Sí me importa’ de Oxfam Intermón, que reivindica que la cooperación “no es la panacea, pero sí salva la vida de mucha gente y salva el futuro”, por lo que es necesaria, al tiempo que muestra “el potencial” de los niños haitianos.
