Dos penaltis detenidos por Fernando Muslera y un penalti a lo Panenka de Sebastián Abreu, el último de la serie, dieron el pase a la semifinal del Mundial a la selección de Uruguay tras un pésimo partido de fútbol en el que la emoción del final compensó el poco juego visto en las dos horas del encuentro. No se puede pedir más suspense en un encuentro con fútbol invisible ya que, además, en el minuto 120 de juego, la selección de Ghana dispuso de un penalti por una mano de Luis Suárez en la línea de gol y el balón lanzado por Gyan dio en el larguero.
Uruguay, que disputó el choque en un estadio volcado con la selección africana, se metió por quinta vez en su historia entre los cuatro mejores equipos del Mundial y las ‘estrellas negras’ no pudieron darle esa satisfacción a su continente.
En el tramo inicial, dos equipos indecisos e imprecisos, que no solo no coordinaban acciones de peligro ante la meta rival, sino que eran incapaces de dar dos pases seguidos. En esta fase de apatía o de respeto inicial, el combinado sudamericano estuvo ligeramente por encima del ghanés. Ya en tiempo de prolongación, una jugada en la que la defensa uruguaya estuvo muy pasiva, se produjo un disparo lejano de Muntari, ayudado por la pantalla que hizo Gyan al balón para que Muslera no lo viera, que acabó en la red y propició un marcador justo.
No entró bien Uruguay en la segunda mitad, ya que al principio mostró las mismas deficiencias que en la primera. Sin embargo, a los 10 minutos de juego, una falta lanzada con potencia y colocación por Diego Forlán puso el empate en el marcador. El partido mejoró. El ariete adelantó su posición y se situó como delantero, lo que le dio más profundidad e intensidad. Como ninguno de los dos equipos fue capaz de cerrarlo, el partido necesitó de la prórroga y se dejó todo a la heroica.
En el minuto 119, las manos de Luis Suárez en la línea de gol supusieron el penalti y la expulsión. Lanzamiento de Gyan, y al larguero. Pitido final. Tanda de penaltis. Victoria uruguaya.
