El estadounidense Tyler Farrar, del equipo Garmin, acudió a la cita con el sprint al adjudicarse la quinta etapa de la Vuelta, disputada entre Guadix y Lorca, de 198,8 kilómetros, por delante del español Koldo Fernández (Euskaltel) y del británico Mark Cavendish, mientras que el belga Philippe Gilbert conservó el maillot de líder.
Farrar, de 26 años, aprovechó la oportunidad que se les brindó a los velocistas después de dos etapas con finales empinados y ganó de nuevo en tierras murcianas. El año pasado levantó los brazos en Caravaca de la Cruz, en su presentación en sociedad, y un año después volvió al podio, orgulloso de haber amargado la tarde al siempre favorito Mark Cavendish.
Koldo Fernández se metió en la pugna y poco le faltó para prolongar la fiesta que inició Igor Antón en el muro de Valdepeñas. El escalador le señaló en el brindis del martes por la noche como el próximo vencedor, y poco le faltó para hacer diana.
Mientras tanto, los favoritos se dieron un respiro después de dos días ajetreados, con emociones fuertes al final. La jornada que atravesó Granada, Almería y Murcia también ofreció calor, gran parte por el paisaje desolador de la autovía, donde no se superaron precisamente los límites de velocidad.
Así, la general no sufrió alteración alguna. El belga Philippe Gilbert (Omega) sigue con su sueño rojo, bien protegido por su equipo, empeñado en el trabajo de estabilizar escapadas para que luego los equipos de los sprinters hagan el resto del trabajo.
Igor Antón (Euskaltel) y ‘Purito’ Rodríguez le siguen a 10 segundos, ya pendientes de la montaña alicantina del fin de semana, en Xorret de Catí y Alcoy, aunque saben, como el italiano Vincenzo Nibali (Liquigas), que es cuarto a 12 segundos, que la etapa de hoy puede encerrar sorpresas con el ascenso a la Cresta del Gallo.
Ayer, los franceses Labbe (Cofidis) y Rolland (Bouygues) se animaron en la salida de Guadix, y a ellos se unieron David Gutiérrez (Footon) y José Vicente Toribio (Andalucía). Ningún equipo se inmutó al ver alejarse al cuarteto, que alcanzó la máxima diferencia de 6,40 minutos en el kilómetro 40.
De ahí no pasaron. El pelotón los mantuvo a raya hasta que fueron absorbidos a 14 kilómetros de Lorca. En la Vuelta no hay regalos, y era un día para los velocistas, que cargaron con la cruz en las dos últimas etapas.
El Omega de Gilbert animó el ritmo de caza, con ayuda del Lampre de Petacchi y La Francaise de Hutarovich. Con el grupo compacto el guión previsto se aplicó a rajatabla. El Columbia trató de imponer sus fórmulas para Cavendish, pero aquel tren supersónico de la escuadra estadounidense ya es historia. Además le faltan Eisel y Renshaw, aquel que se lió a cabezazos con Julian Dean en el Tour para facilitar la victoria a su jefe.
Fue un último kilómetro que los corredores afrontaron a 62 kilómetros por hora. El Lampre volvió a descarrilar lejos de la línea, Cavendish arrancó sin el trabajo previó de colocación que a él le gusta, por lo que era el momento de Tyler Farrar, quien se reencontró con el sabor dulce de la victoria. Lástima para Koldo Fernández.
El norteamericano se cayó al principio de la etapa, y además confesó que había pasado mala noche con vómitos. Su recuperación resultó espectacular. Igualó las dos etapas que tiene en el Giro y solo le queda la asignatura del Tour. Entró en Murcia como salió hace un año, subido al podio.
