El Valencia ganó con autoridad al Villarreal en un partido que le asienta como tercero y en el que el equipo visitante acusó jugar una hora en inferioridad tras la expulsión de Kiko. El bloque local fue mejor en el cómputo del encuentro, tanto por los cuatro goles que marcó como por el control del juego que tuvo durante muchas fases del envite, lo que no impidió que algunas lagunas como la del tanto visitante empañaran la contundencia de su triunfo.
El Villarreal tuvo muy poca llegada a la meta de César y acusó la inferioridad numérica, en un choque en el que Diego López, su portero, fue el mejor. El equipo de Mestalla entró en el partido con más intensidad que el castellonense, al que acosó en su parcela en los primeros compases. Banega lanzó un disparo imposible de detener y adelantó a su equipo, lo que dio pasó a una fase del partido más igualada, en la que aunque el Villarreal hilvanaba un mejor fútbol que los locales, sus opciones de gol apenas existieron. En el minuto 27 se produjo una de las jugadas clave del partido, cuando Villa le robó un balón a Kiko y se marchó solo en dirección a la portería de Diego López.
El defensa del Villarreal le persiguió, le agarró en una acción que los jugadores visitantes consideraron se había producido fuera del área, aunque la caída llegó cuando el delantero local ya estaba dentro. El árbitro pitó penalti y expulsó a Kiko. Villa hizo el 2-0.
A partir de ahí, el Valencia trató de manejar el balón, con posesiones largas que desgastaran físicamente al rival que, pese a la inferioridad numérica, consiguió controlar la pelota.
La entrada de Ibagaza dio más consistencia al Villarreal tras el descanso, pero en un contragolpe por la izquierda y tras un error de Capdevila, Silva puso el 3-0. Tras un balón de Silva al larguero, un error garrafal de Alexis y César permitió que Nilmar marcara para el Villarreal pocos minutos después.
En la enésima clara llegada de los valencianistas llegó el 4-1 con el que el Valencia sentenció el encuentro.
