La reconstrucción de Haití, asolado por el seísmo de enero, pasa por impulsar la agricultura, crear empleo y celebrar comicios para su estabilidad política, así como realojar a un millón de personas que viven en las calles, según se puso ayer de manifiesto en un foro internacional en Santo Domingo.
El primer ministro haitiano, Jean Max Bellerrive, y el presidente dominicano, Leonel Fernández, coincidieron en señalar la importancia de mejorar la agricultura para elevar la producción de alimentos, así como crear empleo que garantice la capacidad adquisitiva de la población. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cifró ayer en 800 millones de dólares los fondos necesarios para el relanzamiento agrícola.
Bellerrive defendió, además, la creación de un fondo fiduciario de multidonantes que estaría administrado por el Banco Mundial y de forma paralela una entidad que decidiría las principales necesidades de fondos para la reconstrucción copresidida por él mismo y por el enviado especial de la ONU para Haití, Bill Clinton.
Este organismo funcionaría durante unos 18 meses, hasta la creación de una Agencia para la Reconstrucción de Haití, que quedaría bajo responsabilidad del gobierno del país, según el primer ministro haitiano. «Queremos que el futuro de Haití sea decidido esencialmente por los haitianos», afirmó Bellerrive, quien apeló a razones de «eficacia» y no a intereses nacionalistas para reclamar este liderazgo en la reconstrucción.
Otras prioridades mencionadas son la reapertura de las escuelas, la creación de fondos de garantía que permitan la estabilidad del sistema bancario y el realojo de casi un millón de personas que viven en campamentos en las calles y para quienes la próxima llegada de las lluvias puede representar un serio problema de salud pública.
El primer ministro, quien insistió en la necesidad de otorgar apoyo presupuestario a Haití, declaró, por otra parte, que en el país caribeño «está en juego la democracia», y subrayó que, aunque en la actualidad hay calma, es necesario celebrar elecciones en un ambiente «sereno».
Leonel Fernández, por su parte, consideró urgente lograr un compromiso internacional para suministrar a Haití 130.000 carpas para alojar a las casi 1,3 millones de personas que viven en campamentos improvisados, y abogó por llegar a ese acuerdo en la cumbre mundial que se celebrará en Nueva York el 31 de marzo.
La construcción de miles de viviendas en un plan de descentralización de Puerto Príncipe y la creación de polos de desarrollo ligados a áreas económicas precisas y la implantación de nuevas tecnologías son algunos de los retos que deberá afrontar Haití, según Fernández. También aludió a la necesidad de impulsar el desarrollo de infraestructuras turísticas y de programas para incentivar la inversión, así como del relanzamiento de la educación.
Según un informe del Gobierno haitiano y entidades como la ONU, la Unión Europea y la Comisión de América Latina y el Caribe (Cepal) sobre el terremoto dado a conocer asimismo ayer, la catástrofe causó 222.570 fallecidos y 7.754,3 millones de dólares (5.600 millones de euros) en daños.
En la conferencia, representantes del Gobierno haitiano cifraron, sin embargo, en 11.500 millones de dólares (8.400 millones de euros) el monto de la asistencia financiera que necesita el país para su reconstrucción y desarrollo.
El terremoto causó también 869 desaparecidos y 1,5 millones de afectados directos.
